Dos de los actores más emergentes del cine español, Clara Galle y Julio Peña, visitaron este martes El hormiguero para presentar su nueva película, A través de mi ventana, que se estrenará en Netflix el 4 de febrero.

"Nuestros personajes son vecinos y tienen las ventanas enfrentadas, el personaje de Clara tiene una obsesión poco sana conmigo. Yo descubro que tiene archivos sobre mí y a partir de ahí surge una relación peculiar", explicó el actor.

Se trata de la adaptación del fenómeno editorial juvenil firmado por la venezolana Ariana Godoy donde Galle se mete en la piel de Raquel, una joven locamente enamorada de su vecino Ares, interpretado por Peña.

"Fui a la Feria del libro de Madrid y había muchos seguidores de la autora. De repente me reconocieron, empezó a venir gente y me tuve que esconder para poder salir de El Retiro", recordó la actriz.

Motos le preguntó cómo llevaba la fama: “Creo que es un poco Hannah Montana porque voy a la Universidad, vuelvo… eso sí, tengo los pies en la tierra porque sigo estudiando, mi madre me da caña con esto”, contestó la invitada.

Ambos, de 19 años ella y 21 él, le comentaron a Pablo Motos que llevan toda la vida siendo fans del programa de Antena 3, incluso el presentador contó una curiosa anécdota del actor.

"Julio, cuando tenías 11 años nos mandaste una carta para venir como público al plató", señaló el valenciano. Peña comentó que fue "porque venía Jennifer Lawrence y quería verla".

Motos sorprendió al actor rescatando la carta que envió Peña en su momento, que explicó: "La escribí en la oficina de mi padre. Me la debieron corregir porque está muy bien redactada".

CARLOS LÓPEZ ÁLVAREZ/ATRESMEDIA

"En la película hay escenas de sexo y tuvisteis un coach de intimidad", destacó el presentador. Galle comentó que “animo a todas las producciones a que si hay escenas de sexo haya un coach de intimidad, hay que quitar hierro al asunto, hay cosas que igual desconoces o no te sientes segura y esa persona media entre los dos actores y con el director”.

Peña, por su parte, explicó que también había recibido clases para besarse en las escenas del filme: “Antes de grabar la película estuvimos viajando a Barcelona para ver la intimidad de los personajes porque todo eso se tiene que practicar". Su compañera recordó que "tuvimos un mes para ensayar besos, las escenas más íntimas... estaba todo muy preparado".

Mientras que el actor concluyó diciendo que “el último beso de la película es con lo que acabamos de grabar la cinta, así que en vez de decir ‘corten’, se echaron todos los compañeros encima de nosotros”.