La mejor forma de dejar atrás cualquier tipo de polémica (o con el caso del príncipe Andrés siendo cada vez más retorcido) es seguir a lo que cada uno ha consagrado su vida. Meghan Markle y el príncipe Harry lo saben bien, puesto que han preferido no echar más la vista atrás a estas últimas semanas y centrarse en su labor filantrópica. ¿Cómo? Ayudando a la organización de un evento a la hija de Martin Luther King.

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Este pasado lunes 17 de enero era en Estados Unidos el Día de Martin Luther King (o MLK Day). La pareja, como reside en California, no era ajena a esta celebración y quiso, a través de su fundación Archewell, echar una mano con los preparativos para ese día grande de Atlanta, la ciudad del estado de Georgia que vio nacer al célebre pastor y activista.

Los duques de Sussex han usado los fondos de la fundación para ayudar a Bernice King, su hija pequeña. Con el montante se les pudo ofrecer alimentos a todos los voluntarios que se encargaron de preparar el evento en The King Center, en la citada ciudad de la Costa Este.

La pareja tuvo como idea enviar dos food trucks al lugar donde se estaban llevando a cabo las preparaciones del acto con la idea de que comiese el staff y, para que no hubiese ningún resquicio posible de crítica, sendos negocios eran pertenecientes a la comunidad afroamericana –sus nombres son Paige’s Pastries and Bistro y Parlay Savory Saloon-. Todo pagado de antemano.

La propia Bernice King agradeció el gesto en redes sociales: "Gracias, príncipe Harry y Meghan, duque y duquesa de Sussex, por ofrecer estos food trucks locales, de propiedad afroamericana, para los hoy voluntarios del King Day Community Service Project de The King Center. Estoy muy agradecida por vuestra amabilidad al honrar a mi padre".

Este mensaje fue replicado por el Instagram de la fundación. Además, hay que mencionar que había una conexión personal entre Meghan y Harry con el evento: uno de los oradores fue el reverendo Michael Curry, quien diera el sermón ensu boda en 2018.