La 'uberización' de la salud mental puede traer una ola de pacientes mal diagnosticados y sin tratamiento efectivo

Las pasadas semanas hemos podido ver cómo se llevaba a cabo un nuevo modelo de negocio que uberiza la salud mental. El objetivo de ponerlo en marcha era aparentemente, reivindicar la normalización de los problemas mentales entre los jóvenes, a través de la creación de un espacio donde poder hablar con un terapeuta y desahogarse.
La 'uberización' de la salud mental puede traer una ola de pacientes mal diagnosticados y sin tratamiento efectivo
La 'uberización' de la salud mental puede traer una ola de pacientes mal diagnosticados y sin tratamiento efectivo
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La 'uberización' de la salud mental puede traer una ola de pacientes mal diagnosticados y sin tratamiento efectivo

Aparentemente se trataba de un servicio gratuito, sin embargo, el objetivo era vender sus paquetes de servicios psicológicos online. Podríamos concluir que se trata de una estrategia de marketing más o menos cuestionable que ofrece servicios de psicología online a los que recurrir de forma puntual.

Sin embargo, la acción ha suscitado un aluvión de críticas en redes sociales debido a la mercantilización de la salud mental que supone este tipo de servicios. Los usuarios manifestaban que había cierta frivolidad en la manera de presentar este modelo de negocio, pues los espacios están lejos de parecer compañías de salud mental.

Por otro lado, el escándalo fue aun mayor cuando se descubrieron las condiciones laborales a las que están expuestos los trabajadores y colaboradores de estas empresas. Unas condiciones que fomentan la precariedad, tanto de los trabajadores como de la calidad de los servicios prestados.

CONDICIONES ABUSIVAS

Tras saltar la noticia se descubría así que los profesionales colaboradores recibían un salario entre los 12 y 24 euros, obligándolos a darse de alta como autónomos, a pagar sus cuotas a la seguridad social, seguros de responsabilidad civil y colegiación. Lo que suponía que por cada una de las sesiones apenas percibirían unos diez euros brutos.

Además, existe un plan de retenciones al que se deben suscribir los colaboradores antes de empezar a trabajar, según el cual, el profesional debe conseguir que el paciente se quede al menos cuatro sesiones para comenzar a cobrar los servicios.

Otra de las condiciones abusivas es que entre sesión y sesión solo dejan descansar a sus trabajadores una media de 15 minutos, algo que dista mucho del trabajo autónomo donde es el trabajador el que se adecua a sus propios horarios.

LA UBERIZACIÓN DE LOS SERVICIOS PSICOLÓGICOS

"Se trata de un modelo que recuerda enormemente a plataformas como Glovo o Cabify, y que fuerza a los trabajadores a realizar interminables jornadas de trabajo para lograr obtener un salario con el que poder subsistir", según afirma la psicóloga Julieta Araoz Castelli.

Los profesionales que llevan años ejerciendo la salud mental, coinciden en que bajo estas condiciones, "el psicólogo/a está sobresaturado, y una vez terminadas las sesiones no puede dedicar el tiempo necesario a analizar cada caso, proponer estrategias de actuación o seguir formándose, lo que repercute enormemente en la calidad del servicio", tal y como asegura la directora del centro de Psicólogos Majadahonda (

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