Así ha buscado la UE relanzarse en 2021: los fondos de recuperación, el vacío de Merkel y los órdagos de Orbán y Putin

  • El cambio de Gobierno en Alemania ha sido uno de los hitos del año, también marcado por la vacunación, el despliegue de las ayudas o los pulsos relativos al estado de derecho.
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Angela Merkel y Ursula von der Leyen se saludan.
Angela Merkel y Ursula Von der Leyen se saludan.
EFE
Angela Merkel y Ursula von der Leyen se saludan.

La Unión Europea actual no se parece demasiado a la existía antes de la pandemia y el año 2021 ha consolidado algunos de los cambios ya iniciados y ha abierto también otros caminos para la reconstrucción y la recuperación tras la crisis de la Covid-19 -que todavía no ha terminado-. ¿Cómo ha cambiado la Unión Europea este último año y cómo se pueden consolidar estas modificaciones, como puede ser el caso de los fondos Next Generation que ya se han puesto en marcha?

Y es que la recuperación económica ha sido lo que ha marcado a lo largo de este último año la agenda europea. La puesta en marcha del fondo ya es una realidad y de hecho España ha sido el primer país en solicitar (y ver aprobado) el desembolso inicial de unos 10.000 millones de euros. Además, el 2021 fue el año de la vacunación masiva a lo largo y ancho de los 27, alcanzando la inmunidad grupal pero al mismo tiempo teniendo que hacer frente a las diferentes variantes del virus. La más reciente, la ómicron, mantiene a la Unión en alerta, pero las medidas tomadas no han sido tan drásticas como las que se vieron en 2020, cuando no había vacuna alguna.

Desde ese punto de vista, se ha reforzado el pensamiento común de la UE. La presidenta del grupo de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, Iratxe García, explicó a 20minutos que la pandemia "ha puesto de manifiesto las deficiencias que todavía tiene la UE" y también "los retos en los que trabajar". En este sentido, García celebra que "la respuesta ante la crisis no haya sido la misma que en 2008". Por su parte, el eurodiputado de Cs, Adrián Vázquez, pide "no dar por sentado" el proyecto europeo, y llama además a "cuidarlo y mejorarlo desde la crítica constructiva".

Por ahí pasa también la idea de la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE). Esta iniciativa, que ha ocupado ya buena parte de 2021 y que se alargará hasta abril de 2022 tiene como objetivo involucra directamente a la ciudadanía en la toma de decisiones de la Unión y que los europeas y europeos tengan un papel fundamental en los debates que están teniendo y tendrán lugar. Queda todavía la duda, eso sí, de cómo las propuestas que se recojan se pueden transformar en algo tangible, pues el Consejo se ha negado a que la Conferencia conduzca a una reforma de los Tratados.

Pero la pandemia no ha terminado. La vacunación y la gestión de la Covid se ha hecho en la UE a distintas velocidades pese a la compra común de dosis, y buena muestra de ello la dan los datos: en España más del 80% de los ciudadanos cuenta ya con dos dosis de la vacuna, mientras que en Portugal esa cifra asciende al 88%. Esto contrasta con los pobres porcentajes que se dan en otros países de la UE como Rumanía (40,3% de los ciudadanos con dos pinchazos) o Croacia (con poco más del 51%).

También en lo que se refiere a las restricciones frente a la ola más reciente los países han mostrado sus diferencias. Algunos como Grecia o Austria han impuesto la vacuna obligatoria, otros como Países Bajos han decidido el confinamiento duro durante las fechas navideñas y en Italia se ha vuelto a exigir PCR negativa para entrar en el país desde otros puntos de la Unión. España, en cambio, además de reforzar la vacunación con terceras dosis ha optado solo por el regreso de la obligatoriedad de mascarillas en el exterior.

Crisis climática y nuevos debates

El asunto climático ha sido un punto central en la agenda de la Comisión Von der Leyen pero la pandemia frenó esas ambiciones que, en todo caso, en 2021 se han ido retomando. Precisamente la crisis de la Covid y la lucha climática han tenido que convivir durante este año. En el primer caso, el foco ha estado puesto en la vacunación. Hasta la fecha, la Comisión ha autorizado el uso en la UE de cuatro vacunas, que se han ido inoculando a lo largo de estos últimos doce meses hasta alcanzar la llamada inmunidad de grupo.

Asimismo, el precio de la energía se ha convertido en un problema de primer orden en toda Europa y son varios los países miembros de la UE que han pedido soluciones a nivel comunitario. Uno de los más vehementes ha sido España, que ha visto escuchadas sus plegarias... pero solo a medias. La Comisión Europea ha propuesto tanto compras conjuntas de gas como una reserva estratégica, pero no vinculadas al coste, sino solo en caso de problemas de suministro. La compra conjunta voluntaria se dará, llegado el caso, en un formato similar a la cooperación reforzada, abierto a que se sumen más socios y siempre respetando las normas del mercado.

En el 2021 se han puesto sobre la mesa también debates que parecían anquilosados en otras épicas. Uno de ellos es el de la gobernanza económica. Las reglas fiscales aprobadas en el Tratado de Maastricht (1992) siguen vigentes, pero son varios los Estados miembros que piden su reforma: España y Francia insisten y el nuevo Gobierno alemán parece abierto a ello. Los más críticos consideran que las normas de que el déficit no exceda el 3% del PIB y la deuda pública no supere el 60% se han quedado "obsoletas", y esa caducidad ha quedado demostrada con las medidas adoptadas para hacer frente a la crisis económica derivada de la pandemia.

¿Debería tener el Parlamento Europeo más competencias en materia de política exterior?

Una Europa sin Merkel y el pulso iliberal

A nivel político uno de los hechos más relevantes del 2021 fue el fin de la era Merkel y la elección de Olaf Scholz como nuevo canciller alemán. Los socialdemócratas germanos se impusieron en las elecciones de septiembre a una CDU que ha quedado lastrada por la salida de una Angela Merkel elogiada por todos ante su salida de la política. El SPD ha vuelto al poder después de 16 años y ha abierto una nueva época también para la Unión Europea, más escorada hacia políticas más propias del centro izquierda.

En términos electorales, a falta de las presidenciales francesas de 2022, Alemania marca el paso, y lo hace en un momento en el que la UE ha tenido que enfrentar un pulso iliberal recrudecido por parte de los gobiernos húngaro y polaco, que llegaron a bloquear los fondos de recuperación antes de un acuerdo sobre el mecanismo de condicionalidad de los mismos. 

El TJUE ha echado el resto para aprobar sanciones contra Varsovia, sobre todo relacionadas con la falta de independencia judicial: de un millón de euros al día mientras no deshaga la llamada Cámara Disciplinaria, pero también de medio millón por seguir utilizando la mina de lignito de Turów, altamente contaminante, y que el Ejecutivo de Mateusz Morawiecki ya ha dicho que "no se cerrará". En el caso de Hungría el choque se ha dado por los recortes a los derechos del colectivo LGTBI y de la libertad de expresión y prensa.

La autonomía estratégica: una OTAN tocada y Rusia y China mirando

¿Y qué pasa con la autonomía estratégica? Esa ha sido la gran 'obsesión' del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, durante 2021. La crisis en Afganistán encendió muchas preocupaciones en Bruselas y el Alto Representante acabó presentando la llamada Brújula Estratégica, con la que busca despegarse de la OTAN y construir una Unión Europea "menos dependiente" de las maniobras en Estados Unidos. Y es que el mundo sigue dibujado en dos bloques: de una lado la UE con Washington; del otro, China como potencia 'total', que exhibe poder económico, comercial y de influencia, y Rusia, con capacidad geopolítica.

El año, de hecho, ha terminado con tensiones importantes con Moscú por dos motivos fundamentales: la crisis migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, con movimientos masivos de personas auspiciados por el Kremlin; y, además, por las maniobras de Vladimir Putin en la frontera con Ucrania, cuya integridad la UE sigue defendiendo.

La Unión Europea no solo ha cambiado en 2021, sino que ha mutado en muchos sentidos y ese giro en 2022 tendrá que confirmarse. Ya no piensa igual que antes; ya no actúa igual que antes, y ya no planifica igual que antes. La economía, la salud, el clima o la geopolítica han perpetrado un guion para una película que quizás no se haya visto antes, y la UE quiere tener un papel protagonista.

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