Leiva: "En el amor y en las relaciones humanas enseguida me siento atrapado"

  • Se ha rodeado de 14 artistas hispanoamericanas para lanzar su nuevo disco, 'Cuando te muerdes el labio'.
El cantante Leiva posa para '20minutos'.
El cantante Leiva posa para '20minutos'.
JORGE PARÍS
El cantante Leiva posa para '20minutos'.

El sombrero, que no falte. Tampoco sus "miedos recurrentes", confiesa. Leiva vuelve junto a un excepcional y joven elenco femenino con Cuando te muerdes el labio (Sony), toda una montaña rusa de emociones.

Compuso el disco en un estado de fragilidad emocional. ¿Por qué estaba así? Estaba como tú, como todo el planeta, por primera vez en medio una pandemia. Fue una situación rarísima, con un montón de incertidumbres y de tiempo conmigo mismo. No estaba acostumbrado. Al principio no me parecía un estado óptimo para componer, pero conforme fue pasando el tiempo me parecía un episodio inspirador.

Estar con uno mismo obliga a pensar. Al final, los músicos siempre estamos trampeando a la vida: nunca estamos mucho tiempo en casa. Ha sido como frenar un coche que va a 200 por hora. He sacado conclusiones positivas y me he dado cuenta de que hay vida más allá de las giras. Yo pensaba 'sin girar me muero'; pues no me he muerto. Ha sido un proceso interesante: desafié un montón de cosas yéndome a vivir fuera, a México, Chicago y Texas. La mitad de la pandemia la pasé esquivando el virus de puntillas, algo bastante acrobático de lo cual estoy orgulloso.

¿Qué tienen las mujeres de su disco que no tenga usted? Para empezar, voz, que al fin y al cabo es lo más importante. Yo no soy un buen cantante, nunca lo fui, soy un contador de historias y uso mi voz como vehículo, pero no tengo talento para cantar. Me di cuenta de que, cantando con un montón de amigas, viajando y haciendo música juntos mi voz suena mejor. Ha sido un lujo. Y me gusta repartir el protagonismo con una generación superpoderosa de la música. Me dije 'creo que podría escribir para todas ellas'; por eso suena tan natural.

leiva

  • Madrid, 1980. Miguel Conejo Torres. Debutó como batería en Malahierba. En 2001 formó Pereza junto a dos vecinos de su barrio, la Alameda de Osuna: Rubén Pozo y Tuli. Cuatro años después, alcanzaron el éxito, ya como dúo, Pozo y él. Tras separarse, comenzó su carrera en solitario en 2012. Su hermano Juancho toca en Sidecars.

Algunas de las canciones son diálogos. ¿Es buscado? Era la parte que más me conmovía del proyecto. He tenido la posibilidad de que mis propios textos sean llevados a otra dimensión. Escucho cantar a Zahara, a Silvana Estrada o a Natalia Lafourcade interpretar lo que yo he escrito con sus voces y significa otra cosa. Ellas me lo están contando mí y yo se lo estoy contando a ellas. Poder generar ese dialogo casi teatral para mí era una de las cosas más potentes de la misión del disco.

¿Es más fácil escribir las cosas que decirlas? Sí. No siempre se pueden poner palabras a las cosas. Las canciones sirven para explicar algunas que son ultraabsurdas en la realidad de las relaciones y para intentar generar un librito de lo que te sucede en una montaña rusa y un vaivén con tu compañero o compañera. Y el disco trata de las idas y venidas con mi compañera, básicamente.

Habla mucho de tener los ojos vendados, de no querer ver, y también de desahogarse, de "aullar". ¿Le pasa todo eso? Son miedos recurrentes. Estar siempre buscando la salida de emergencia es algo que me pasa desde crío. No solo en mis relaciones, me cuesta ir al cine por eso y por eso me costaba estar en un aula de clase. Y en el amor y en las relaciones humanas, de amistad y laborales, enseguida me siento muy atrapado. Esto es una fuente de canciones: yo no me doy cuenta, pero cuando termino los discos digo 'siempre estoy hablando de los mismos fantasmas'.

"Ha sido un año de curvas grandes y es difícil ir a pelo en la vida, hay que encontrar los truquis"

Pues no sé ya si preguntarle por el lexatin y el diazepam. Ahí están también. Ha sido un año de curvas grandes y es difícil ir a pelo, hay que encontrar los truquis. Yo realmente no soy muy 'drogota' a nivel de fármacos, pero obviamente los he tomado, y más en pandemia. Y Diazepam es una canción escrita bajo los efectos del diazepam, así que me parecía honesto contarlo, porque que creo que le sucede a todo el mundo. Todos necesitamos tirar de eso; y, cuando no de eso, de un vino o de otras cosas, pero ir a pecho descubierto por la vida... en mi caso, no lo consigo.

Ahora se habla de la generación lexatin, artistas muy, muy jóvenes que consumen estos productos. Yo he empezado más tarde. No a tomarlos de una manera diaria, pero sí a utilizarlos. Aunque si ves a la velocidad a la que viven ellos... son la generación del ya. E imagino que aplicado a todo: el trayecto no va con ellos. En nuestro caso, estamos como de bisagra entre una generación y otra y todavía seguimos entendiendo que los procesos tienen un tiempo, pero creo que la chavalería de ahora eso no lo concibe.

Todas las canciones de su disco son de amor menos una, 'Blanco fácil'. ¿El odio está ganando? No es que esté ganando, se está aplaudiendo y laureando en las redes. Y me da bastante rabia. Igual que cuando la gente va al fútbol y vuelca lo que le ha sucedido en el trabajo con un árbitro, aquí sucede bajo un nick. Y está la cultura del zasca: veo los escarnios públicos y me aterrorizan. Veo a Miguel Bosé en el programa de Jordi Évole y estoy radicalmente en contra de todo lo que prodiga, pero me parece un blanco fácil. ¿Qué cojones importa lo que diga? Lo importante es lo que dice un ministro o un neurocirujano, pero hay un deporte nacional que es disparar. Por eso tengo una relación distante con las redes.

En compositor prepara un nuevo trabajo con Sabina.
El compositor prepara un nuevo trabajo con Sabina.
JORGE PARÍS

Dijo que no daría conciertos con restricciones, pero este año sí que ha actuado. No he tocado con gente sentada, por ejemplo. Hay que generar un equilibrio entre lo que tú quieres y que tu equipo tiene que comer; eso de 'a mitad de aforo'... no me da para pagarles. En mi caso, además, tengo muy relacionadas las giras y la música con un ritual bonito, puro y limpio; y en el momento en el que hay una cosa un poquito policíaca, todo está acotado, tienes que ir en la furgoneta con mascarilla y la gente se levanta y alguien llega y dice siéntate... Lógicamente, es normal que haya que hacerlo bien, pero decidí que no quería relacionar ese pequeño sueño en el que vivo con algo tan restrictivo.

¿Ha sobrevivido su equipo? El sector de la música ha malvivido. Mi road manager de toda la vida se compró una cosa para refrigerar latas de cerveza y venderlas en la playa. Y estaba haciendo mi gira, la de Miguel Ríos y la de Loquillo. Así que ha estado complicado.

Sabina también ha decidido no actuar con medidas. ¿Siguen en pie sus proyectos con él? El siguiente disco, si todo va bien, lo haremos juntos. Pero no depende los calendarios, también de cuándo quiera ponerse a trabajar. Hace poco le dije 'vamos a escribir'. Con él es un proceso más largo, porque no le divierte trabajar, a él le divierte divertirse.

Le lleva 30 años de ventaja, más o menos. ¿Se atreve a pronosticar cómo serán esos próximos 30 años de su carrera o prefiere la sorpresa? Prefiero la sorpresa, porque me he comido mis palabras tantas veces... La carrera de Joaquín es muy extraordinaria. Mantener un compromiso con las canciones y un estado de inspiración durante 50 años es solo para capos. Yo me veo haciendo música, investigando, haciendo discos, con mayor o menor éxito, pero me veo. Para empezar, porque no sé hacer otra cosa en la vida: puedo servir copas o hacer música, pero no he estudiado nada. Me gustaría tener una carrera con la que viva dignamente de la música, no sé si lo conseguiré.

"Me di cuenta muy temprano de que estaba perdiendo tiempo en la escuela. Tuve claro que mi lugar era la música"

¿Se arrepiente de no haber estudiado? No, porque lo mío fue algo muy vital. Me di cuenta muy temprano de que estaba perdiendo tiempo en la escuela. Hice educación hasta COU y ya los últimos dos años estaba engañando a mis padres, no pasé por clase. Tuve muy claro que mi lugar era la música. A ver, me gustaría saber más de Geografía y de cosas básicas por una cuestión de estar más cultivado, pero no de tener salidas laborales.

En verano tocó con Rubén (Pozo) en el Náutico (San Vicente do mar, O Grove) y la gente se volvió medio loca. ¿Qué le parece que la gente tenga tanto cariño a Pereza? Maravilloso. Springsteen dice algo muy bonito: si te pones a reflexionar sobre las cosas que tus canciones generan se va la magia. Nunca te paras a pensar 'he sido parte de la banda sonora de una generación'. Mi sensación es que Pereza se ha hecho más grande post mortem, se recuerda más grande de lo que fue, a pesar de que tocábamos en Las Ventas.

Era otro contexto, otro tipo de música. Claro, ahora ha cambiado todo. Pero me gusta cómo lo has dicho: hay un cariño por Pereza más que una fascinación. Y en el momento en el que Rubén y yo nos hemos juntado la gente ha dicho 'esto puede suceder'. Pues realmente ahora mismo no... Yo no tengo ninguna intención ni nos hemos sentado siquiera a hablarlo. Ha sido más natural.

Allí, en el Náutico, jubiló su mítica furgoneta. Sí, me costó mucho, porque llevaba con ella mucho tiempo.

Su relación más larga... Sí, la más larga, y me parecía que el destino tenía que ser un lugar al que llevo yendo toda mi vida. Desde el año 99. Yo ya me he aburrido de estar tirado en la M-30 y en todos los lados con ella. Ha sido muy divertido, pero ahora que se queden tirados otros.

"Todo lo que está sucediendo con la irrupción de la ultraderecha es algo que me tiene bastante preocupado" 

En el disco menciona Stranger Things, Peaky Blinders... actualíceme su catálogo de series. Lo último que he visto es una serie documental de Netflix llamada Secretos del deporte, un episodio sobre un equipo de hockey sobre hielo que inspiró Los Soprano. Y La innegable verdad, una serie terrible y dura sobre dos hermanos gemelos, con Mark Ruffalo.

La edición especial de 'Cuando te muerdes el labio', hecha con cerámica por Boa Mistura, anima a romperla con un martillo. ¿Qué golpearía usted con un martillo para crear otra realidad? Es una pregunta difícil. Me metería en esas casetitas que hay en las fronteras y rompería cristales, aunque no haría daño a la gente que está dentro. Creo que todas esas líneas y brechas que hay con el primer mundo y todo lo que está sucediendo con la irrupción de la ultraderecha es algo que me asusta muchísimo y me tiene bastante preocupado.

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