Muchísimas cosas se hicieron mal aquel día. De lo contrario no habría diez víctimas mortales -la última de ellas, el niño de 9 años Ezra Blount, tras varias semanas en coma- por ir a ver un concierto. Las demandas se suceden contra, precisamente, el rapero que estaba en el escenario cantando mientras decenas de personas se quedaban sin aire: Travis Scott. Ahora, las demandas incluso llegan a cruzarse: son los equipos de seguridad del festival Astroworld los que han emprendido acciones legales contra él.
A pesar de que aún no está claro cuál es el grado de responsabilidad del artista y pareja de Kylie Jenner, es de sobra sabido que en ocasiones anteriores ya había incitado a su público a sobrepasar los límites. Es decir, que la tragedia era de alguna manera evitable, sobre todo si se hubiese parado el show, cosa que no ocurrió y que hace que lo último que escuchasen tanto los fallecidos como los heridos fuera a su ídolo seguir cantando.
De ahí que el músico se enfrente ahora no solo al gran juicio que emprendieron 125, y que ya van por 280 víctimas, contra todos los implicados, reclamándoles 2.000 millones de dólares sino que incluso dos de los guardias de seguridad del evento, Samuel y Jackson Bush, previendo que ellos también entrarán en el juicio como responsables, se han personado para denunciar también a Scott.
Le reclaman al autor de éxitos como goosebumps o Highest in the room un millón de euros alegando que ambos han quedado marcados para siempre por todo lo que tuvieron que presenciar en Houston, Texas, el pasado 5 de noviembre.
Entre otras cosas, varias personas recibiendo reanimación cardiopulmonar, otras a las que la asistencia no llegaba a tiempo y, además, Jackson Bush rememora que tuvo que sacar un cuerpo de la multitud, sin saber si estaba vivo o muerto, mientras miles de fans se dirigían al escenario tras la llamada de Travis.
Tal y como muestra los documentos obtenidos por el portal TMZ, Samuel y Jackson Bush, que trabajaban contratados expresamente para el festival a través de la empresa AJ Melino and Associates, afirman que aunque las entradas vendidas que a ellos les dijeron eran de 50.000 personas, el número de asistentes parecía superar holgadamente esa cantidad, por lo que se ponía en peligro a todos los presentes. De ahí que estén buscando que la productora de eventos Live Nation, AJ Melino y el sello discográfico de Travis, Cactus Jack Records, respondan por lo ocurrido.
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