Charles Dickens es uno de los principales autores en lengua inglesa. Auténtico cronista de la era victoriana gracias a obras como Oliver Twist o Cuento de Navidad, el autor inglés solía tomar notas usando un particular método de taquigrafía llamado braquigrafía.

Del autor se conserva un documento manuscrito llamado 'la carta de Tavistock', anotado bajo el peculiar sistema taquigráfico. La cuestión es que aún nadie ha sido capaz de descifrarlo.

Por eso, investigadores de la Universidad de Foggia, en Italia, y de la Universidad de Leicester en Inglaterra, en colaboración con el Consejo de Investigación de Artes y Humanidades y el Dickens Code Project, ofrecen una recompensa para aquel criptógrafo que sea capaz de interpretarlo.

La oferta es de 300 libras esterlinas (casi 360 euros) para el experto capaz de revelar los secretos del documento, pero la oferta está vigente hasta el próximo 31 de diciembre.

La carta, que debe su nombre a Tavistock House, nombre de la casa londinense de Dickens, es uno de los diez manuscritos supervivientes de Charles Dickens, que vivió entre 1812 y 1870.

Hugo Bowles, profesor de inglés en la Universidad de Foggia en Italia, dijo a The Times: "Parece simple, pero en realidad no lo es. Lees las consonantes y llenas los espacios. Es un poco como jugar al Scrabble en tu cabeza".

UNIVERSIDAD DE LEICESTER

"A Dickens claramente le gustaban los juegos de palabras y los rompecabezas y habría sido muy bueno en ellos, de ahí el uso de este sistema", añadió Bowles en declaraciones al diario londinense.

El sistema de taquigrafía de Dickens fue parcialmente revelado por investigadores usando un cuaderno almacenado en la Biblioteca John Rylands de la Universidad de Manchester.

La doctora Claire Wood, profesora de literatura victoriana en la Universidad de Leicester, dijo: "Dickens descarta los símbolos que son más oscuros y que no aparecen en lo que informa. En cambio, crea nuevas marcas que tienen más sentido y que le ahorran tiempo como escritor de taquigrafía".

El profesor Bowles le dijo a The Times que la desordenada taquigrafía de Dickens ha sido un gran obstáculo para los investigadores al tratar de averiguar qué dice realmente la carta.

"Desafortunadamente, las notas preexistentes no son suficientes para ayudarnos a decodificar todo. Da algunos de sus símbolos adicionales, que son útiles, pero gran parte del problema está realmente relacionado con su escritura", añade Bowles. "Al igual que la letra desordenada, tiene taquigrafía desordenada", recalca.

Los investigadores han empleado una serie de técnicas para intentar descifrar el código de Dickens, que incluyen encontrar piezas traducidas y trabajar hacia atrás y también emplear el aprendizaje automático. Ambas técnicas han fallado debido a la falta de material disponible para intentar descubrir patrones.