El Ayuntamiento de Barcelona prevé retenciones en la Gran Via con la apertura del túnel de Glòries

Entrada al túnel de Glòries, la señalización ya está preparada para la apertura.
Entrada al túnel de Glòries, la señalización ya está preparada para la apertura.
MIQUEL TAVERNA
Entrada al túnel de Glòries, la señalización ya está preparada para la apertura.

Tras más de seis años de obras, el túnel de Glòries ya está a punto para entrar en servicio. 20minutos.es ha visitado su interior este miércoles, cuando en el exterior, todavía un panel luminoso de mensajería variable alerta a los conductores de que está cerrado. Sin embargo, este aviso desaparecerá el sábado, día en que el corredor se abrirá en sentido Besòs, es decir, para salir de la ciudad. La puesta en marcha del túnel permitirá pacificar el tráfico en la superficie de la plaza de las Glòries y avanzar en los trabajos para hacer que en ella predomine el verde, pero los primeros días de apertura de la infraestructura habrá una contrapartida: retenciones en la Gran Via.

Así lo ha señalado el director de Servicios de Movilidad del Ayuntamiento, Adrià Gomila, que ha dicho que sobre todo en las horas punta, se espera "saturación" entre las calles Marina y Padilla, justo antes de la boca de la galería. Lo ha atribuido a que, ante la novedad, los conductores dudarán sobre el itinerario a seguir y frenarán o reducirán velocidad. "A medida que vayan conociendo la manera de moverse por la ciudad, desaparecerán las retenciones", ha dicho.

Después de que las pruebas de los distintos sistemas del túnel hayan tenido un resultado correcto, la previsión es que esté plenamente operativo en sentido Besòs el sábado a las seis de la mañana. Previamente, a última hora del viernes, la Guardia Urbana iniciará los desvíos de tráfico y empezarán los trabajos de conexión del actual vial en superficie y el corredor subterráneo, que consistirán en pavimentar y pintar el exterior y en un cambio en la regulación semafórica. El gerente de Movilidad e Infraestructuras del consistorio, Manuel Valdés, ha alertado de que en caso de lluvias intensas durante la noche que dificulten estas tareas, la apertura podría ser más tarde, aunque ha asegurado que durante el fin de semana.

Así es el interior del túnel de Glòries.
Así es el interior del túnel de Glòries.
MIQUEL TAVERNA

Si esta demora en la puesta en marcha del túnel se produjera, sería ya la segunda, pues el Ayuntamiento la anunció inicialmente para el pasado septiembre y ha atribuido que sea finalmente en noviembre a que se han buscado "las máximas garantías a todos los niveles".

También se retrasa la apertura del túnel en sentido Llobregat, que debía entrar en funcionamiento entre finales de noviembre y comienzos de diciembre, pero lo hará a principios de 2022. En este tubo del corredor, independiente del otro, se están aún realizando trabajos como por ejemplo el montaje del panel vitrificado, el cableado de la señalización, la instalación de cámaras o el montaje de las cañerías de las bocas de incendios.

Una vez el túnel esté en marcha en ambos sentidos, absorberá los 78.000 vehículos a motor que circulan diariamente por la Gran Via a la altura de Glòries -a excepción de los autobuses de TMB, que seguirán pasando por la superficie-. Por el momento, con la entrada en servicio de la infraestructura para salir de la ciudad, ya se prevé una reducción de 35.000.

El acceso al túnel en dirección Besòs será desde la Gran Via a la altura de la calle Padilla. Este dará servicio a todos los vehículos que vayan en dirección Badalona/Mataró (C-31) y a los que quieran ir a la calle Bilbao.

La apertura del corredor comportará cambios en la circulación por las calles de los alrededores, que está por ver si también provocan retenciones como las que el Ayuntamiento prevé en la Gran Via. Así, los vehículos que accedían a la C-31 desde la calle Llacuna ya no lo podrán hacer desde este punto y deberán ir a la parte central de la Gran Via desde la incorporación de Selva de Mar, pasando por Perú.

En cuanto al tráfico local, la movilidad se articulará a través de las calles del entorno de la plaza de las Glòries: Castillejos (sentido mar), Bolívia (sentido Besòs), Badajoz/Independència (en sentido montaña) y Aragó (en sentido Llobregat).

Las salidas de emergencia, pintadas en verde.
Las salidas de emergencia, pintadas en verde.
MIQUEL TAVERNA

El túnel en sentido Besòs, panelado en blanco, con el techo negro y salidas de emergencia pintadas en verde, ya lucía este miércoles con las luces de señalización encendidas -blancas, naranjas y azules-. Estaban ya pintados, asimismo, sus tres carriles de circulación, dos para vehículos privados y otro para autobuses metropolitanos. También se indicaba con pintura sobre el asfalto la velocidad máxima permitida, que será de 50 kilómetros por hora. Un radar de tramo controlará que los conductores no la sobrepasen, pero este no funcionará hasta que los dos tubos del túnel estén abiertos.

El corredor, que se empezó a construir hace más de seis años para eliminar el criticado 'scalextric' que se levantó en Glòries con motivo de los Juegos Olímpicos del 92, tiene 957 metros de longitud -1.157 si se incluyen las rampas de acceso- y dos tubos independientes -uno para cada sentido de circulación-.  

El director general de BIMSA (Barcelona de Infraestructuras Municipales), Ángel Sánchez, ha apuntado que ha supuesto llevar a cabo una de las obras con más "complejidad técnica" que se han realizado en la ciudad. El principal motivo de la dificultad de los trabajos es que el túnel se ha tenido que construir por debajo de los de las líneas R1, R3/R4 y R2 de Rodalies y la L1 del metro. También se ha excavado bajo de la red de alcantarillado y de galerías de servicios. Todo ello ha hecho necesario ejecutar casi 60.000 metros cuadrados de muros pantalla, algunos de hasta 54 metros de profundidad. Además, durante la construcción del túnel se han bombeado diariamente 25.000 m3 de agua freática, lo que equivale a 10 piscinas olímpicas.

Las obras del túnel, que han costado unos 192 millones de euros, empezaron en abril de 2015, bajo la alcaldía de Xavier Trias, con la previsión de finalizarlas en mayo de 2017. Sin embargo, en abril de ese año, y ya con Ada Colau como alcaldesa, el Ayuntamiento rompió el contrato con las empresas constructoras por retrasos y sobrecostes. El proyecto permaneció parado hasta marzo de 2018, cuando el Consistorio volvió a adjudicar los trabajos, con una duración prevista de 32 meses, hasta principios de 2021. En 2019, las obras se complicaron a la hora de perforar bajo los túneles de la L1 del metro, que tuvo que reforzarse, lo que provocó un sobrecoste de 1,8 millones de euros. En 2020 llegó el estado de alarma por el coronavirus, lo que hizo que los trabajos volvieran a detenerse, esta vez, durante dos meses, desde marzo hasta mayo.

La entrada al túnel en sentido Besòs, aún en obras.
La entrada al túnel en sentido Besòs, aún en obras.
MIQUEL TAVERNA

Desde la Asociación de Vecinos del Clot-Camp de l'Arpa, Miquel Catasús, vocal de la entidad, ha apuntado que el túnel "debería haberse terminado hace tiempo, pero más vale tarde que nunca", y ha añadido que es un "paso necesario" para poder seguir con los trabajos de reforma de la plaza de las Glòries en superficie.

Esta ya ha ganado más de tres hectáreas de zona verde y se ha aprobado el plan para obtener dos más en la zona norte. También están en licitación las obras del proyecto de la urbanización asociada al recorrido del tranvía en el tramo comprendido entre las calles Castillejos y Badajoz, a su paso por Glòries. Este incluye un intercambiador de transporte público situado ante la fachada del Museo del Disseny.

Los vecinos se manifestarán para reclamar urbanizar la Gran Via

Las cuatro asociaciones de vecinos de la zona de Glòries, las del Clot-Camp de l’Arpa, Poblenou, Fort Pienc y Sagrada Família, han convocado para el 27 de noviembre una manifestación para reclamar la urbanización de la Gran Via entre la calle Badajoz y la Rambla del Poblenou, en la que con la apertura del túnel, quedarán libres unos 30.000 m2 de superficie ahora destinada a los vehículos. La marcha empezará en la plaza y acabará frente al departamento municipal de urbanismo de Diagonal 240.

Miquel Catasús, vocal de la Associació de Veïns del Clot-Camp de l’Arpa, ha explicado que con la protesta quieren pedir que las obras empiecen en este mandato, como prometió inicialmente el Ayuntamiento.

Sin embargo, el consistorio ha decidido posponer los trabajos y no licitarlos hasta mayo de 2023, con lo que no comenzarían hasta el siguiente mandato. Mientras tanto, prevé una urbanización provisional que "se podría comenzar a ejecutar durante el primer trimestre del año que viene", han indicado fuentes municipales. También han señalado que para llevarla a cabo se ha realizado un proceso participativo.

"No podemos aceptar algo provisional, porque lleva a gastar mucho dinero", ha afirmado Catasús, que ha dicho que costará alrededor de 1,7 millones de euros y también ha mostrado su temor a que "sirva de excusa" para retrasar todavía más el proyecto definitivo.

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