"Vivo como un perro en la calle”: la prensa británica se hace eco de la situación sin luz de la Cañada Real 

Los niños han tenido que estudiar estos meses a la luz de las velas en un entorno que lucha contra el absentismo escolar.
Los niños han tenido que estudiar estos meses a la luz de las velas en un entorno que lucha contra el absentismo escolar.
Jorge Paris
Los niños han tenido que estudiar estos meses a la luz de las velas en un entorno que lucha contra el absentismo escolar.

El diario británico The Guardian se ha hecho eco de la situación límite de los vecinos de la Cañada Real y de los problemas por la falta de electricidad que sufren en "el mayor poblado chabolista de Europa".

El rotativo desmenuza la vida de algunas de las personas que residen en la zona, como Luisa Vargas, cuya familia lleva ya un año viviendo sin luz. Su hijo, de ocho años, se ve obligado a hacer sus deberes con el destello de luz de un teléfono móvil. “De alguna manera mueres”, reconoce Vargas, española de etnia gitana de 39 años que ha vivido aquí con su familia durante los últimos 11 años. “Tienes frío y tienes problemas en la piel. Todo está mal ".

A Vargas le han prometido que el próximo mes febrero la realojarán en un piso, pero hasta entonces tendrá que afrontar un nuevo invierno. “No tenemos ningún otro lugar adonde ir. Solo tenemos que intentar esperar aquí. Va a hacer mucho frío y no hay leña", lamenta. 

Por su parte, Loubna El Azmani, trabajadora comunitaria de la Asociación socioeducativa Barró que vive con su familia en el sector seis, dice que la existencia en la Cañada Real ha dado un giro de 180 grados en los últimos 12 meses.

“Hemos tenido que repensar totalmente nuestras casas porque no podemos usar nuestros refrigeradores u hornos”, dice. “Incluso en el sector seis, hay grandes diferencias entre familias; algunas personas han logrado conseguir generadores y han instalado paneles solares. Pero también hay personas con familias numerosas, que tienen ingresos mínimos y no pueden pagar nada más que velas", añade. 

Otra de las protagonista del reportaje es Manuela, cuyo esposo murió el año pasado, y pasa sus días sentada al costado de su camino en la maleza de su viuda. “No hay electricidad aquí; no hay nada ”, dice. “Vivo como un perro en la calle”, resume esta residente de edad avanzada, quien sostiene que no está pidiendo un palacio o una mansión en La Moraleja sino solo un techo, una habitación y un baño.

También hace mención el reportaje a la situación de los más de 1.000 niños que viven en esa zona de la Cañada y que ha denunciado la organización en defensa de los menores Save The Children. Los padres de los pequeños afirman en el medio británico que sus hijos mojan la cama porque tienen demasiado miedo de levantarse para ir al baño en la oscuridad, que les preocupa la falta de higiene a la hora de acudir al colegio y ser señalados por otros compañeros y que algunos enferman continuamente debido a sus condiciones de vida. 

En definitiva, el estigma de vivir en la Cañada Real está perjudicando el desarrollo de mucho de ellos, que están abandonando los estudios para no tener que ser señalados continuamente. 

"Viola el derecho de estos niños"

The Guardian señala además que poco ha cambiado en el terreno desde el pasado mes de diciembre, cuando un grupo de expertos de la ONU advirtió al gobierno español que la falta de electricidad “no solo viola el derecho de estos niños a una vivienda adecuada, sino que está teniendo un efecto muy grave en sus derechos a la salud, la alimentación , agua, saneamiento y educación ”.

En este sentido, asegura que el Gobierno español ha respondido a la presión de la ONU creando un grupo de trabajo interministerial para supervisar la respuesta a la situación en la Cañada. Su delegada en la Comunidad de Madrid, Mercedes González, dice que hay que respetar el pacto firmado por los interesados hace cuatro años para que en los próximos tres años se derribe todo el sector seis y se acomode a sus habitantes en otro lugar.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento