Kate Beckinsale cree que tener un coeficiente intelectual altísimo le ha perjudicado en su carrera

La actriz Kate Beckinsale, en enero de 2020.
La actriz Kate Beckinsale, en enero de 2020.
Tammie Arroyo / AFF-USA.com / GTRES
La actriz Kate Beckinsale, en enero de 2020.

Casi como aquel capítulo de Los Simpson en el que Homer descubría que tenía una cera alojada en el cerebro y, cuando se la quitaban descubría que toda su inteligencia era finalmente una desventaja en su día a día. Así se ha sentido Kate Beckinsale, una de las actrices con mayor coeficiente intelectual, dentro de Hollywood.

La actriz de 48 años está convencida de que su mente superdotada ha sido para ella otro obstáculo más en su carrera. Beckinsale, que se formó en literatura francesa y rusa en la Universidad de Oxford, hablando aún hoy fluidamente el segundo de esos idiomas le ha revelado este profundo sentimiento a Howard Stern en una entrevista que ha concedido en su programa de radio.

La británica, que ha confesado que tiene un coeficiente intelectual de 152, mucho más alto que la media (entre 85 y 115) y que se sitúa en el 1% de población que se considera superdotada, ha dicho que pertenecer a este porcentaje se ha ido convirtiendo en un hándicap en su trabajo, quizá refiriéndose a que la inteligencia no es un atributo del que sentirse orgullosa en el oficio.

"Todos los médicos y todas las personas con las que me he cruzado me han acabado diciendo: 'Serías mucho más feliz si fueras un 30% menos inteligente'", ha desvelado, así como que ser tan lista no le ha servido absolutamente "de nada" en su oficio. "No me sirve de nada. De hecho, incluso pienso que podría haber sido una desventaja", ha rematado.

La intérprete de películas como Underworld, Pearl Harbor, Van Helsing o El aviador cree que, a pesar de haber intervenido en producciones de gran éxito, nunca ha alcanzado el estatus de otros compañeros de profesión. Beckinsale ha bromeado finalmente asegurando que, desde que se hizo los test, piensa en que debería haberse "quemado algunas células cerebrales".

Por cierto que actualmente Kate Beckinsale ya se ha recuperado de la lesión de espalda que le llevó al hospital de Las Vegas el mes pasado y que se produjo durante el rodaje de su nueva película, Prisoner's Daughter, aunque la manera en la que se dañó nada tiene que ver con la grabación, sino con... vestirse.

"Después de haber hecho ochocientas o novecientas películas de acción, me lesioné poniéndome un par de leggings en la habitación del hotel... Sentí como si una suerte de cuerda de guitarra se rompiera y a partir de ahí todo fue horrible. No podía caminar ni acostarme ni sentarme. No podía hacer nada", rememoró junto a James Corden.

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