Luna Serrat es prácticamente una desconocida para los medios de comunicación. Con 24 años, la nieta de Joan Manuel Serrat se dedica a su faceta como influencer en su cuenta de Instagram, dónde tiene más de 55.000 seguidores, aunque su verdadera pasión es la interpretación. 

Así lo ha contado en una reciente entrevista para EP, dónde la catalana ha dejado claro que no quiere depender de su familia para labrarse un futuro. "Soy influencer para pagarme los estudios de interpretación y música", ha declarado muy vergonzosa ante una cámara a la que ha confesado que le tiene "miedo".

Quiere mantenerse alejada del foco mediático mientras continúa con su formación, de la que su única esperanza de momento es simple y llanamente "encontrar trabajo": "Eres actriz, aunque no hayas hecho nada. Es algo que lleva dentro, yo lo llevo desde pequeña y he decidido sacarlo ahora". 

Nerviosa por este nuevo paso, ha revelado que sus padres ya le "pagaron una carrera" y no fue la correcta. Aprendió de su primera experiencia laboral y ahora es "Luna de verdad", feliz de ir a clase y orgullosa de depender solo de sí misma para conseguir sus sueños. 

"Cuando tenga que ponerme a buscar trabajo no se me caerán los anillos", avisa, consciente de lo difícil que es encontrar trabajo en la industria del cine. Además, añade: "Que nadie espere que escriba Mediterráneo porque les voy a defraudar, suficiente tengo con mis exigencias"

Eso sí, no reniega de su abuelo. "Es mucho para bien ser su nieta", comenta: "Nunca nadie me ha dicho un mal comentario suyo y eso es muy bonito". Y ha compartido con las cámaras la lección del cantante que considera más valiosa en su trabajo como actriz: "Más vale artista trabajador que artista talentoso". 

De momento, Luna da una lección de humildad y esfuerzo y demuestra que no siempre es cierto que por pertenecer a una familia famosa lo tienes todo dado.