Es el momento de Robe: El ex de Extremoduro arrasa con 'Mayeútica' en su concierto de Madrid

  • Robe Iniesta presentó su nuevo disco en Madrid con un despliegue de música y emoción durante dos horas y media. 
Robe y su banda, en el concierto de Rivas-Vaciamadrid.
Robe y su banda, en el concierto de Rivas-Vaciamadrid.
Javier / @capigalata
Robe y su banda, en el concierto de Rivas-Vaciamadrid.

Robe ya no es Extremoduro. Pero para dejar de ser algo con lo que naciste soólo se puede volver a nacer. Y eso es lo que hizo Robe Iniesta y su banda en el concierto que dieron este sábado en el auditorio Miguel Ríos de Rivas-Vaciamadrid.

Uno a uno los músicos fueron saliendo de un hueco del telón, un útero rojo metáfora de esa vagina que protagoniza la portada de Mayéutica. 

"Espero que disfrutemos todos mucho a pesar de las restricciones, de las mascarillas y de estar sentados", decía Robe al inicio del recital. "Por lo menos haced con los móviles lo que queráis y así quitamos alguna restricción", concedió a su público, él, que suele renegar de los dispositivos y de que se graben los conciertos.

Robe supo emocionar como siempre hace en los directos, con ese carisma que traspasa el sonido. Y aunque los conciertos se oyen, también se ven y ahí estuvo el principal y casi único pero del concierto: la falta de visibilidad. El auditorio Miguel Ríos tiene unas dimensiones enormes, unas grandísimas distancias hasta el escenario, por lo que desde el graderío apenas se percibían los detalles del escenario. Pantallas más grandes se habrían agradecido. 

En lo estrictamente musical el público pudo gozar de un exquisito sonido, la banda estuvo fina y precisa, y el repertorio casi equilibrado, dividido en tres bloques. 

En la primera parte Robe y los suyos intercalaron temas de los tres últimos discos de Extremoduro, con otros de los dos primeros de Robe. Fue la sección más colorida del evento por la variedad de instrumentos solistas, pero también la menos intensa. Pegaba estar sentado, como marcan las normas sanitarias del momento. 

Eso sí a ratos se hacía un poco cansino por varios motivos, por ejemplo, por abusar de canciones con subdivisión ternaria.

Tras un breve descanso acometieron de manera íntegra el celebradísimo Mayéutica que, siendo lo último publicado, aúna de modo brillante los colores antes mencionados con la distorsión y velocidad de antaño, y que suena espectacular en vivo. Lo más interesante del concierto, con diferencia, y donde se lucieron con más maestría los músicos.

Para terminar, cuatro bises entre los que incomprensiblemente colocaron ...Y rozar contigo, que ha dado cierto bajón a la mayoría del público. 

Al rescate ha llegado la guinda final, Ama y ensancha el alma, con todo el mundo en pie coreando la única pieza del siglo XX que nos han brindado hoy junto con Golfa.

Ya no había vuelta atrás y la gente se puso de pie para botar, moverse, levantar los brazos y desgañitarse coreado las canciones. Eso sí, sin moverse del sitio y respetando distancias. "Sentarse, que quedan otras dos", aconsejaba Robe. 

En definitiva, algún altibajo al principio del que se remontó casi definitivamente hasta que acabó el concierto, tras dos horas y media, con los fuegos artificiales de las fiestas locales de Rivas Vaciamadrid luciendo majestuosos en el cielo estival. 

Un fin de fiesta casi cronometrado, aunque si hay que elegir nos quedamos con el escalofrío de placer, por acertado tras estos largos meses de pandemia y encorsetamiento mientras todo el auditorio cantaba el estribillo que pone nombre a la gira. Ahora era el momento.

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