Borja Terán (Santander, 1981) es un periodista de matices, de detalles que, a priori, parecen invisibles. Lo dice desde el "entusiasmo" que siente por un medio de comunicación como la televisión, sobre el que lleva muchos años escribiendo sin parar y al que ha dedicado un libro, Tele.

Asegura que aquella pequeña caja con imágenes ya movilizaba sus sentidos cuando era un niño "a través de la imaginación" y por eso ahora no se conforma con mirarla: quiere aprender de ella, desentrañarla, conocer a sus protagonistas. "La televisión en general y los medios en particular son una gran excusa para escribir de cualquier tema, porque están todo el rato retratando cómo somos, influyéndonos", apunta.

El próximo lunes, 6 de septiembre, Terán se incorpora a 20minutos para ofrecer a los lectores de este diario –online y en la edición impresa– su particular mirada en entregas que publicará todos los días de la semana y en las que permanecerá intacta su seña de identidad: la divulgación, el análisis –"siempre constructivo"–, llegar hasta el fondo de las cosas, etc.

Le interesa más, cuenta, "ir a un rodaje a aprender cómo se hace un programa" que quedarse quieto en un sofá, o bucear en la trayectoria de quienes han hecho cosas "inspiradoras", como una María Teresa Campos o un Fernando Fernán-Gómez.

Y no todo es, efectivamente, glamour: algunos de sus referentes son "trabajadores anónimos", porque la televisión es siempre un trabajo en equipo. Recuerda, en todo caso, que este medio masivo "nunca ha parado de cambiar" y hoy podemos hablar de pantallas, de redes sociales, de diferentes plataformas...

"Lo importante es dónde están los buenos comunicadores, dónde están las buenas historias", afirma Terán, que cita como ejemplo al streamer vasco Ibai Llanos, alguien capaz de "conectar" con la audiencia. Es importante, sostiene, saber quiénes son los creadores de contenidos, ya que, en su opinión, "muchas veces las redes sociales nos atrincheran tanto porque no humanizamos al ‘enemigo’".

En todo caso, para el periodista, la televisión lineal, la de siempre, "por supuesto", tiene vida para rato; "el espectador necesita todavía el poder del descubrimiento", es decir, zapear con el mando y encontrarse con algo que le enganche, con lo que se identifique.

Como ejemplos de buena televisión en España, cita Tu cara me suena –"como producto que cuida mucho todo el proceso creativo"–; MasterChef –"está muy bien producido, es muy difícil de hacer, aunque a veces son cansinos con las broncas"– y Late Motiv, que presenta Andreu Buenafuente –"orfebrería periodística"–.

"La televisión no solo es el contenido, también es el continente, es una buena escenografía, una buena realización"

"La televisión no solo es el contenido –señala–, también es el continente, es una buena escenografía, una buena realización". Echa de menos, eso sí, un programa de entrevistas alejado del frenesí y las prisas, "que construya un buen clima", como aquellos que en su día condujeron Mercedes Milá, Julia Otero o José María Iñigo, que ya en su época practicaba la televisión "interactiva" haciendo partícipes a los espectadores. TVE tiene una gran "oportunidad" para ello, advierte.

En cuanto a la televisión pública, el periodista asevera que "es necesaria para un país" y que tiene que arriesgarse y "movilizar las ideas". Apostar, añade, por un entretenimiento de autoría, como hacen, por ejemplo, Saber y ganar y también Cuéntame, una serie que ha sido un éxito porque "en un país en el que miramos mucho lo que nos separa, se ha fijado en lo que nos une y no se queda en lo grueso". Para esto, sin embargo, hace falta una "estabilidad" que no acaba de cuajar.

Terán es partidario, asimismo, de defender con uñas y dientes el ADN audiovisual propio en el inmenso ecosistema de las plataformas, cuyos "algoritmos", considera, suelen tener más bien una "mirada internacional".

"La edad de oro de las series españolas empezó con Curro Jiménez"

Para él, la explosión de la ficción no es precisamente actual. "La edad de oro de las series españolas empezó con Curro Jiménez", asegura, "siempre se han hecho estupendos dramáticos en nuestro país". Ahí estaban, rememora, Anillos de oro o Brigada central, a las que más tarde siguieron, con otro tono y como espejo de la evolución social en los 90, "de la clase media", otras como Médico de familia o Periodistas.

Mirar más a Antonio Mercero (Verano azul, Farmacia de guardia), a Daniel Écija (Los hombres de Paco, Estoy vivo) y a los hermanos Javier y Pablo Olivares (El Ministerio del Tiempo, Isabel) es lo que propone Terán. 

Y ahí, en el impulso a producciones "que se atrevan a tratar los temas que nos tocan aquí cerca", opina, tanto TVE como Atresmedia y Mediaset van a jugar un papel importante. "Creemos que tenemos muchos contenidos para elegir, pero igual no tenemos tantos como creemos".