La foto viral de la niña afgana que ha huido de Kabul

Una familia afgana desembarca de un avión militar en el aeropuerto de Melsbroek, en Bélgica.
Una familia afgana desembarca de un avión militar en el aeropuerto de Melsbroek, en Bélgica.
EFE / EPA / STEPHANIE LECOCQ
Una familia afgana desembarca de un avión militar en el aeropuerto de Melsbroek, en Bélgica.

La imagen se repite desde mediados de agosto: cientos de familias afganas que huyen de Kabul desembarcan en aeropuertos seguros para iniciar una nueva vida lejos del horror talibán. Una de estas fotografías ha logrado viralizarse esta semana por el mensaje de esperanza que transmite a través del gesto de una niña.

La instantánea fue tomada por la fotógrafa de Reuters Johanna Geron el pasado 25 de agosto en la base aérea militar de Melsbroek, en Bélgica.

La fotografía es la descripción gráfica de la felicidad de una niña, cuya vida sería muy distinta en manos de los talibán en Afganistán: la menor, con pantalón y camiseta de color amarillo, sonríe mientras camina, brincando, detrás de sus padres por la pista del aeropuerto.

"Esto es lo que sucede cuando se protege a los refugiados", escribió en Twitter el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt. "¡Bienvenida a Bélgica, pequeña!", manifestó el exmandatario en un mensaje donde compartió la icónica fotografía.

La niña y su familia formaban parte de un grupo de unas 1.400 personas que Bélgica logró sacar de Kabul tras la toma de poder de los talibán en el país.

En España, el último avión con evacuados de Afganistán llegó este viernes a la base aérea de Torrejón de Ardoz, que ha funcionado durante todo este tiempo como punto de entrada de cientos de afganos en la Unión Europea.

Allí, la imagen de los niños es muy similar a la mostrada en otros puntos de Europa: se encuentran en buen estado de salud, muy sonrientes, agradecidos y poco habladores, indica la coordinadora estatal de acogida de la Comisión Española de Ayuda al refugiado (CEAR), Áliva Díez, que ha estado recibiendo y entrevistando a las familias en la base de Torrejón.

En estos momentos, como el comienzo de curso está a la vuelta de la esquina, la escolarización es "hiper prioritaria" y, en general, no hay problemas y todos los menores acceden a colegios públicos.

En función de la comunidad autónoma, hay aulas de enlace -que dan apoyo de refuerzo cuando hay problemas de idiomas-, una fase intermedia donde arrancar antes de pasar a la clase ordinaria.

A nivel psicológico, "ayudan mucho esas rutinas, tener un calendario mínimo en el que proyectar tu energía en el día a día, porque la desazón de quedarte en una casa sin saber siquiera si salir, si jugar... eso perjudica la mente de cualquiera", apunta Díez.

La adaptación de los pequeños suele ser muy rápida y aprenden el idioma, "no sé si correcto, pero sí la habilidad para hacerse entender. Nos sorprenden mucho los pequeños de Infantil y Primaria; el adolescente suele llevar un proceso mayor porque ya hay muchas cosas mezcladas: no es solo el idioma, sino toda la ruptura con su rutina", señala.

A su llegada a Torrejón, explica Díez, los niños no hablan mucho y el principal interlocutor es el padre o la madre. "En general, los niños lo primero que manifiestan es alegría y sonrisa en cuanto les cubres lo más básico, pero lo que haya de fondo eso va a salir a partir de unos días después, eso no sale en los primeros momentos, tampoco en los adultos".

"Es un mecanismo de supervivencia: hasta que no estás en un lugar seguro tu cuerpo y tu mente no te permite hacer brotar el duelo mental que has podido vivir, eso empezará a salir ahora al cabo de una o dos semanas", sostiene la coordinadora estatal de CEAR.

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