Adiós a Merkel, empieza una nueva era: quién sucederá a la eterna canciller

  • El SPD ya supera a la CDU en las encuestas y hay dudas sobre Armin Laschet, sucesor de Merkel.
  • Los Verdes se han desinflado en los últimos tiempos, pero mejorarán con diferencia su resultado de 2017.
  • Los liberales, que se quedaron fuera del Parlamento en 2013, podrían ser la llave de la gobernabilidad.
Angela Merkel junto al ministro de Finanzas Olaf Scholz en la reunión semanal del Gobierno Federal.
Angela Merkel junto al ministro de Finanzas Olaf Scholz en la reunión semanal del Gobierno Federal.
EFE
Angela Merkel junto al ministro de Finanzas Olaf Scholz en la reunión semanal del Gobierno Federal.

Angela Merkel lleva 16 años como canciller alemana, pero ya no lo será más a partir del 26 de septiembre. Alemania celebra elecciones federales y se abre un cambio de era: sin Merkel todo cambia y el reparto de fuerzas políticas también se alterará. Todos los ojos se ponen en quién será su sustituto, en qué Gobierno se podrá formar y en cómo puede afectar el nuevo escenario a las dinámicas dentro de la Unión Europea. Tras Alemania, además, llegarán las presidenciales en Francia en 2022 y posteriormente, si nada cambia, habrá comicios en Italia y en España, en ambos casos en 2023.

Las encuestas muestran un panorama muy igualado y en unos tiempos en los que las mayorías absolutas ya no existen los candidatos tendrán que sentarse a hablar largo y tendido. Quién sabe si puede pasar como en 2017, la reedición de la gran coalición (democristianos y socialdemócratas) tardó en firmarse cinco meses. Pero, ¿por qué las elecciones del 26-S son las más emocionantes en años? Estas son las cinco claves para entender lo que puede pasar:

¿Hay efecto Scholz para llevar a los socialdemócratas a la Cancillería?

El pez grande y el pez pequeño. De esos dos, el SPD es el pequeño, pero ha entrado en una dinámica de reacción muy clara antes de las elecciones. Su candidato es Olaf Scholz, ministro de Finanzas y vicecanciller en el último Gobierno de Merkel. Ahora, los socialdemócratas han ido subiendo como la espuma y ya lideran alguna encuesta con incluso el 23% de los votos. No se encontraban en una situación así desde 2017 y siempre se ha entendido que les perjudicaba ser el socio menor de la CDU. Pero ese mito parece haberse terminado. 

Lo cierto es que el SPD tiene todo bastante de cara para ganar las elecciones, pero todo sigue abierto. En todo caso, parecen haber acertado con el candidato: Scholz se define directamente como "socialdemócrata", pero se caracteriza por ser un político pragmático, que ha tenido un largo recorrido en el partido -fue líder de las juventudes- y ha ocupado un cartera de muchísimo peso en la última legislatura. Además, los socialdemócratas también tuvieron en sus manos Exteriores. Dos patas fundamentales en el Ejecutivo.

Ante los últimos acontecimientos, como las inundaciones de principios de verano o la crisis en Afganistán, Scholz ha optado por el silencio. Y la estrategia resultó acertada. Mientras el resto de candidatos caían en errores no forzados, el cabeza de lista del SPD se presentaba como un candidato discreto pero resolutivo, capaz de entender la situación. Ahora, durante la campaña, tendrá que afrontar importantes ataques por parte del resto de fuerzas. El peso del cartel de favorito.

Laschet no es Merkel: problemas para la CDU

La otra opción para la victoria es la CDU. Ya sin Merkel, la Unión (así se conoce a la coalición entre la CDU y la CSU) apostó por Armin Laschet. Quien todavía ocupa el cargo de ministro-presidente de Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania es un político de la escuela de Merkel: discreto, también pragmático y que hace poco ruido. Pero todavía no ha terminado de encajar y muchas voces le definen como un "alérgico a las crisis". Tanto es así que hace solo tres meses encabezaba las encuestas con comodidad, por delante de los Verdes y del SPD.

Pero esa tendencia ha cambiado, todo se ha igualado y los temores de acabar en la oposición tras 16 años han hecho que en el partido entren las dudas sobre si han acertado o no con el candidato. La alternativa a Laschet fue Markus Söder, líder de la CSU y ministro presidente de Baviera, considerado un político más carismático, pero con orientaciones más populistas. En cambio, Laschet ganó las primarias y la apuesta fue por la continuidad. Una apuesta inesperadamente arriesgada, vistas las últimas encuestas.

Pero la CDU es mucha CDU. Tiene una base electoral fuerte y puede agarrarse al factor Merkel para remontar en las encuestas. En un contexto en el que parece descartada otra gran coalición, los tres debates electorales -el primero se celebra este domingo- puede ser una oportunidad para Laschet. Los democristianos abogan por combinar la experiencia de Gobierno con reformas en materia climática o de vivienda, además de erigirse como los capaces para capitanear la recuperación tras la pandemia. Eso sí, lo cierto es que Laschet es el ministro presidente de uno de los Länder con peores datos de Covid-19.

Los Verdes y la gestión de las expectativas

En el caso de los Verdes lo más importante será la gestión de las expectativas. El hecho de que el cambio climático se colocase como uno de los temas principales los últimos años impulsó a esta fuerza política que gobierna ya en varios Länder y que podría volver al Gobierno federal. Pero en su recorrido reciente hay que separar dos ideas: eligieron a Annalena Baerbock como candidata y en los primeros pasos de la precampaña cogió impulso hasta situarse segundos en las encuestas, acercándose incluso en alguna a la CDU. Pero los errores de la candidata y su incapacidad para capear las críticas le han hecho perder fuelle. Ahora se sitúan en tercera posición.

Cuentan, eso sí, con dos ventajas. La primera es que Baerbock se desenvuelve bien en los debates, y el hecho de que se celebren tres les da opciones de remontar en los sondeos. Además, en el peor de los casos los Verdes estarán en torno al 16% el 26 de septiembre, lo que supondría doblar el resultado que obtuvieron en 2017. Eso, junto a la complejidad en el reparto de fuerzas, hacen realista que puedan estar en el nuevo Ejecutivo.

El factor FDP y las posibles coaliciones: semáforo o Jamaica

Los liberales también han de ser tenidos en cuenta ante las elecciones de septiembre. El FDP, salvo giro inesperado, será el cuarto partido más votado y podría convertirse en la fuerza decisiva para formar Gobierno, ya sea en una coalición semáforo (formada por el SPD, los Verdes y el propio FDP) o en la conocida como coalición Jamaica, en la que los liberales sumarían con los Verdes y con la CDU. Su recorrido también es especial: el partido se quedo fuera del Bundestag en 2013, pues no llegaron al 5% de los votos mínimo para entrar. Se han rearmado en solo dos legislaturas.

Ya más lejos se quedarán el resto de fuerzas: la ultraderecha, Alternativa por Alemania, sigue cercada por un cordón sanitario con el cual ningún otro partido quiere pactar con ellos, pero seguirán en el Parlamento (las encuestas le dan en torno a 11%). Más problemas tendrá la izquierda. Die Linke lidera ahora la oposición, pero ahora corre el riesgo de no llegar a los votos mínimos. La sorpresa podría ser Freie Wähler, un partido de derechas que forma parte del Gobierno en Baviera junto la CSU y que tiene representación en el Parlamento Europeo dentro del grupo liberal.

¿Y si cambia la UE?

La UE mira con atención lo que suceda el 26-S en Alemania. La salida de Merkel y el nuevo Gobierno formado por tres partidos provocarán un cambio de dinámicas en los liderazgos comunitarios. Además, hay que tener en cuenta que la nueva legislatura durará hasta 2025 y un año antes se celebran elecciones europeas, por lo que el reparto de cargos a la cabeza de las instituciones europeas puede sufrir también giros. Todo está muy abierto...la campaña electoral dirá.

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