Biden frustra el deseo de los países europeos de seguir con las evacuaciones en Afganistán más allá del 31 de agosto

Tropas británicas en Kabul.
Tropas británicas en Kabul.
EFE
Tropas británicas en Kabul.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó este martes que el 31 de agosto retirará a todas las tropas de Afganistán, justo la fecha pactada con los talibanes. Ni el Gobierno estadounidense ni el grupo extremista que ahora ocupa el poder en el país asiático quieren ampliar el plazo, y se frustra de esta forma la voluntad de los países europeos, que quería poder seguir evacuando a personal diplomático y colaboradores afganos más allá de esa fecha. Pero no habrá más tiempo. 

Esa es la principal conclusión de la reunión del G7 de urgencia celebrada, de forma telemática, con motivos de la crisis en Afganistán. Francia, Alemania y el Reino Unido, contra la postura de EE UU, querían seguir negociando con el grupo talibán para tener más margen, pero han acabado cediendo ante la negativa firme de Biden. La Casa Blanca, de hecho, lleva días asegurando que cumplirán con la fecha marcada. 

En el marco del encuentro, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, han pedido que se desarrollen "vías civiles seguras" para las repatriaciones y además anunciaron que se incrementará la ayuda humanitaria para el país en 2021: pasarán de los 90 millones de euros previstos hasta los 200.

Para la llegada de ese apoyo será necesario, reiteran, el diálogo con los talibanes, pero la UE sigue sin hablar de reconocimiento. Directamente, es algo que, dijeron, "no está sobre la mesa". Es más, de cara al futuro el grupo pone condiciones a los talibanes. "La legitimidad de cualquier futuro Gobierno (en Afganistán) depende del enfoque que adopte ahora para cumplir sus obligaciones y compromisos internacionales para garantizar un Afganistán estable", explicó el G7 en un comunicado. Hasta que eso no sea así, la Unión Europea ha congelado las ayudas de cooperación al desarrollo, cifradas en 1.000 millones de euros para los próximos cuatro años. Asimismo, exigen el nuevo Ejecutivo afgano que está todavía por formarse que trabaje intensamente en la prevención del terrorismo.

Por su parte, el primer ministro italiano, Mario Draghi, pidió "mantener un canal de contacto incluso después de la fecha límite". Draghi aseguró que será necesaria esa vía con el objetivo de "garantizar" el acceso de las organizaciones internacionales. Además, el primer ministro italiano instó a reconvertir los recursos destinados a las fuerzas armadas de Afganistán en ayuda humanitaria para sus ciudadanos. "Os pido a todos que os unáis a este compromiso, de manera compatible con la situación de vuestros países", dijo al resto de líderes de los países más ricos del mundo.

Draghi también se refirió la inmigración, sobre la que se preguntó si será posible alcanzar "un enfoque coordinado y común", antes de agregar que "hasta ahora, tanto a nivel europeo como internacional, no lo hemos conseguido. Tenemos que hacer un gran esfuerzo en este sentido". En ese sentido, la UE se ha comprometido a desplegar una serie de apoyos a los países fronterizos de Afganistán, pero de momento no quiere poner sobre la mesa de forma explícita la cuestión de acoger refugiados.

En la misma línea que Draghi se han pronunciado tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el primer ministro británico, Boris Johnson, quienes insisten en la necesidad de "vías seguras" y que rápidamente asumieron que Estados Unidos no iba a cambiar de opinión sobre la retirada. Asimismo, la propia Merkel anunció la movilización de 600 millones de euros por parte del Gobierno germano en ayuda para Afganistán, cien de ellos de carácter inmediato, para paliar la crisis humanitaria en el país. Johnson, además, pidió a la ONU que se implique en la gestión de la crisis.

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