Los guardias civiles detenidos esta semana habrían obtenido 1 millón por el alijo de coca

La cocaína estaba camuflada bajo cajas de gambas congeladas.
La cocaína estaba camuflada bajo cajas de gambas congeladas.
EFE
La cocaína estaba camuflada bajo cajas de gambas congeladas.

Los tres guardias civiles detenidos en una operación antidroga desarrollada esta semana en el Puerto de Marín (Pontevedra) iban a obtener un millón de euros a repartir por ayudar a introducir los 815 kilos de cocaína que fueron aprehendidos, informaron fuentes de la investigación.

Uno de los agentes de la Benemérita detenidos, el sargento José Antonio R.C. estaba destinado como jefe fiscal del puerto, mientras que Francisco E.E. es un brigada en situación de reserva.

Según las pesquisas, el abogado detenido en la operación, César Pérez Martínez, actuaba de enlace entre la banda de narcotraficantes y los guardias civiles, que resultaban fundamentales para que la droga fuese distribuida y eludiese los controles.Las fuentes consultadas investigan con cuantos envíos podrían haber colaborado en el pasado los agentes, que según los cálculos de los investigadores, cobraban entre el 17 y el 20 por ciento del precio de la droga a su llegada a España. Los

guardias recibían un 50 por ciento de lo acordado cuando la droga salía del puerto, mientras que la otra mitad la cobraban al llegar a su destino en el interior.

La jueza del Juzgado de Instrucción Número 8 de Vigo decretó el pasado miércoles prisión provisional para cuatro de los ocho detenidos en el operativo, llevado a cabo por la Policía en colaboración con la
DEA estadounidense y policías de Chile y Panamá. Se trata del abogado, los dos guardias civiles y el importador de pescado coruñés que prestaba su empresa para las operaciones de tráfico de cocaína. A todos ellos les imputan delitos contra la salud pública y en "una cantidad de notoria importancia, simulando operación de comercio internacional".

Según las investigaciones, el abogado dirigía las operaciones
desde su despacho de Vigo y habría diseñado una ruta para el tráfico de estupefacientes desde Suramérica hacia España. Al amparo de la empresa tapadera, que daba apariencia de legalidad a las importaciones, ofrecía a diversos narcotraficantes la posibilidad de
"envíos seguros" de droga.

El cargamento

A raíz de diferentes movimientos de esta red, la policía localizó un cargamento en un contenedor en un polígono industrial de A Coruña. La mercancía legal declarada eran gambas congeladas, pero en las últimas cajas se hallaron 815 paquetes de cocaína de un kilo cada uno. Los detenidos importaban supuestamente la droga desde Ecuador y la colaboración de los guardias civiles garantizaba presuntamente su entrada en España "sin ningún tipo de control".

Fue el pasado mes de mayo cuando los agentes detectaron que una persona vinculada a la organización se había desplazado hasta Ecuador para supuestamente organizar 'in situ' un envío de cocaína. Los policías constataron que el cargamento había partido de Guayaquil (Ecuador), haciendo escala en Cartagena (Colombia), para arribar al puerto pontevedrés de Marín.

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