Primer fin de semana sin lugar para hacer botellón en la vía pública. El botellódromo del Paseo de los Curas se montó por última vez el fin de semana pasado. Ni hoy, ni mañana, ni en el futuro se habilitará una zona para beber en la calle, la excepción que establece la legislación andaluza a condición de que el ruido no moleste a los vecinos.

El avance de las obras del puerto y la ausencia de un lugar adecuado para esta práctica son los motivos del Ayuntamiento para desterrar los corros en los que se toman copas del Paseo de los Curas.

Con el cierre del botellódromo, jóvenes y vecinos especulan y temen, respectivamente, las alternativas. Los primeros no parecen abandonar la idea de reunirse alrededor del alcohol antes de salir por la noche a bares en los que el volumen de la música apenas deja conversar.

Zonas de ‘botellón'

Los vecinos de Hernán Núñez de Toledo y del entorno del Camino de San Rafael denunciaron en marzo botellones junto a sus casas. El paseo marítimo de Pedregalejo es otro punto habitual y el polígono La Estrella es candidato a serlo por sus salas de fiesta.

Una encuesta del Servicio de Atención a la Movida hecha en 2008 indicaba que, entre quienes hacían botellón fuera del botellódromo, el 17% bebía en Plaza Mitjana, otro 18% en el Parque, Jardines de Puerta Oscura, calle Beatas o el entorno de la Alcazaba y un 7% en calles de su barrio. El 17% iba a Puerto Marina, en Benalmádena, y el 41% restante optaba por beber en grupo en su casa o la de algún amigo cuando se queda vacía.

En las redes sociales de Internet Facebook y Tuenti se han distribuido varias convocatorias para este fin de semana. Una es una macromoraga este viernes a las 23.00 h en La Malagueta: 5.000 personas se han sumado virtualmente, 8.000 la han rechazado y 10.000 no han contestado, dijo ayer a la SER su organizador.

Vecinos advierten de que denunciarán al Ayuntamiento

La asociación vecinal Centro Antiguo de Málaga ha anunciado una campaña de denuncias individuales por ruidos y actividades molestas contra el Ayuntamiento a partir de septiembre para evitar un «botellón disfrazado» en el casco histórico de Málaga.

Exigirá una compensación económica al Consistorio «por la depreciación de sus casas, los gastos por aislarla con cristales especiales, los gastos extra de energía y los viajes que se verán obligados a hacer cuando el ruido aumente».

Ayer pidió la dimisión del concejal de Juventud, Elías Bendodo, por su actitud «sectaria, no democrática y poco interesada» al prohibir el botellón en el paseo de los Curas. Los vecinos creen que con la medida los jóvenes volverán al centro y causarán «ruido, vandalismo y suciedad».

Alegan que la prohibición y rebajar el precio de las copas en los bares fue acordado solamente entre el concejal Bendodo y los dueños de los locales (ninguno de ellos está obligado al descuento).