En rueda de prensa, la Asociación de Discotecas, Salas de Fiesta, y Empresas de Ocio Nocturno ha presentado una plan para permitir su apertura que incluye, entre otras cuestiones, la modificación del semáforo por el que se rige el Gobierno riojano para las restricciones y que, en su opinión "no es representativo de la realidad actual".

Así, Antonio Cendra ha explicado cómo la vacunación "ha cambiado las cosas" y ha creído que el indicador ya no debe ser la incidencia, debe ser la presión hospitalaria. A esto ha unido el hecho de que llevan cerrados dieciocho meses; algo que, ha dicho, no le pasaba a un sector desde la guerra civil española.

Tanto él como el secretario general, Miguel Ángel Librada, han visto que este sector está siendo el "chivo expiatorio" del Gobierno riojano porque, ha afirmado este último, "no hay datos objetivos que demuestren que los contagios se dan en el sector de la hostelería o el ocio nocturno"; sin embargo, es sobre quienes se aplican las medidas, lo cual ha visto con "tristeza" como una "auténtica irresponsabilidad".

De hecho, ha aseverado Cendra, después de dieciocho meses cerrados está claro que el ascenso en los contagios no se produce en las discotecas. "No somos el problema, somos la solución", ha indicado creyendo que "se puede abrir el ocio nocturno y las discotecas con condiciones".

Estas serían que el acceso se restringiese a las personas con la pauta de vacunación completada o con una PCR negativa en las últimas 72 horas. De este modo, ha visto que se podría sacar a la juventud de "nidos de contagio" en concentraciones sin control "repartiéndose bebidas" ante las que las administraciones "no están haciendo nada".

Cendra también ha creído que con estas PCR se facilitaría el rastreo de contagios que ahora no se están viendo; y el acceso para inmunizados animaría a los jóvenes a vacunarse. También ha propuesto el cierre de los establecimientos con dos incumplimientos.

Librada también ha criticado que no se tenga en cuenta al sector, ni se le escuche. Ha asegurado que se han pedido reuniones al director general de Salud Pública, Pello Latasa, que ha llegado a darles "con la puerta en las narices".

No ha entendido las dificultades de concretar con él un encuentro en un comunidad tan pequeña en la que la "ventaja" es que un consejero te coge personalmente el teléfono: "Esto no ha pasado nunca, ni en tiempos de Pedro Sanz", ha dicho.