La tasa Arope, que mide el riesgo de pobreza o de exclusión social, ha aumentado 2,7 puntos en el año 2020 y ha pasado del 23,6% de 2019 al 26,3%, un reflejo de la crisis social provocada por la pandemia de coronavirus, ya que algunos de los datos se recogieron en 2019. Los datos los ha publicado este jueves el Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat), que destaca que empeoran todos los indicadores en comparación a 2019. En cuanto a la tasa, es la más elevada en ocho años, desde la que se registró en 2013.

De este modo, la tasa de pobreza pasa del 19,5% al 21,7%; la de baja intensidad de trabajo sube del 8,3% al 9,8% y la de privación material del 5,7% al 6,2%. 

En cuanto a los indicadores que miden el nivel de privación de los hogares catalanes, estos recogen que las carencias más frecuentes en 2020 en los hogares más desfavorecidos fueron no poder atender gastos imprevistos de 750 euros (que afectó al 33,4% de las personas frente al 26,1% del año anterior) y no poder permitirse al menos una semana de vacaciones al año (lo padecieron un 30,6% de las personas, tres puntos más que en 2019, cuando fueron un 27,6%).

En el lado opuesto, ha aumentado el número de catalanes que pueden llegar con facilidad a fin de mes, pasando del 49,1% de 2019 al 54,9% de 2020.

Aumenta el umbral del riesgo de pobreza

El umbral que mide el riesgo de entrar en una situación de pobreza se ha visto incrementado en 2020 en un 6,5% y se sitúa en los 11.366 euros en los hogares unipersonales. Por su parte, la tasa de riesgo de pobreza del año pasado ha empeorado 2,2 puntos respecto a 2019 y muestra que un 21,7% de los catalanes se encuentran por debajo del riesgo de pobreza, con ingresos más bajos que los del conjunto de la población. 

Por edades, los menores de 16 años siguen siendo la franja de población catalana con la tasa Arope más abultada (del 35,7%, 2,7 puntos más que en 2019). Entre los extranjeros mayores de 16 años, la tasa se dispara hasta el 61,6%, subiendo hasta 8,3 puntos. 

Entre los catalanes entre los 16 y los 64 años, un 25,9% se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión (1,7 puntos más) mientras que los mayores de 65 años tienen la tasa más baja (19,7%) pero, en cambio, es la que más ha subido respecto a 2019, hasta 6,7 puntos. 

Si se tiene en cuenta la actividad económica, los desempleados son los que recogen una tasa Arope más elevada, del 53,8%.