Acostumbrándose a esa nueva y dolorosa vida con la ausencia de su hijo, Ana Obregón se encuentra descansando en Mallorca a la espera de que se materialicen algunas ofertas profesionales que le hacen especial ilusión. Retos apasionantes que puedan servir de luz entre tanta penumbra. Propuestas como la de su incursión en el trepidante Mask Singer de Antena 3 con la que Ana volvió a conquistar a una audiencia que quiere verla en acción.

Otra vez más, la incombustible Susana Uribarri -su representante- ejerció de ángel protector al contar con ella en un proyecto ambicioso que, aunque ha visto reducida su audiencia, sigue siendo uno de los espacios con mejor target comercial de Antena 3.

Aunque todavía queda mucho por concretar, en el horizonte se vislumbra un proyecto de ficción de lo más interesante. Hay ciertas dudas, miedos o recelos injustificados ante una madre derrotada, sí, pero que al mismo tiempo es una profesional todoterreno que hizo tocar las estrellas con la inolvidable Ana y los siete de la que fue protagonista e ideóloga principal.

Mientras tanto, está centrada en la fundación que llevará el nombre de Aless, y son muchas las conversaciones que mantiene actualmente para ayudar al máximo de familias posible.