Brigitte Vasallo: "Belén Esteban es una de las mejores comunicadoras del país"

  • En su nuevo ensayo, ‘Lenguaje inclusivo y exclusión de clase’, la escritora se pregunta quién incluye a quién y dónde.
La escritora barcelonesa Brigitte Vasallo.
La escritora barcelonesa Brigitte Vasallo.
MARINA FREIXA ROCA
La escritora barcelonesa Brigitte Vasallo.

"Lo que no se nombra, no existe" es la famosa sentencia del filósofo George Steiner que el feminismo ha hecho suya y que la ensayista Remedios Zafra recupera en la presentación de este libro. Su autora, sin embargo, termina el libro con la afirmación de que "lo que se nombra deja de existir". 

Una manera de recordarnos cómo la maquinaria del capital es capaz de vaciar de contenido cualquier intento desde los márgenes para alzar la voz entre el bullicio del discurso público. La televisión, las redes sociales, los memes o Netflix son espacios políticos a los que solo se accede a través de unas formas concretas: las de la élite, señala Brigitte Vasallo. Sin embargo, Belén Esteban abre una grieta por donde se cuela sin renunciar a las maneras de hablar, de moverse o de peinarse que tenía antes de convertirse en una figura mediática.

"Ella ha logrado abrir un lugar de representación para mujeres que no estaban representadas hasta entonces. Yo me he colado en la voz política. Ella la ha creado", afirma la autora en Lenguaje inclusivo y exclusión de clase (Larousse).

Brigitte Vasallo (Barcelona, 1973) también se ha abierto paso entre las fisuras del sistema. No se formó en la universidad, pero eso no le ha impedido ejercer la docencia en la Universidad Autónoma de Barcelona, publicar varios libros -PornoBurka, prologado por Juan Goytisolo, o Pensamiento Monógamo, Terror Poliamoroso, entre otros-, dirigir y comisariar un festival cultural o colaborar con diversos medios de comunicación nacionales. 

Desde esa posición, Vasallo reflexiona con una perspectiva de clase y de género sobre las críticas que recibe Belén Esteban como icono. "Me interesa, sobre todo, la mirada que ponemos las personas que venimos de su mismo entorno, mujeres que hemos hecho un ascenso social en el ámbito cultural, que hemos adquirido el capital cultural. Como icono nos remueve y genera un malestar que yo defino como autoodio de clase", explica la escritora a 20minutos.

Un rechazo identitario que se refleja de forma específica en el lenguaje, "en haber corregido el deje que te delata como persona que viene de pobre y tener reacciones muy heavies con los dejes de las demás", afirma Vasallo. "Que algunas mantengan las formas cuando tú las has tenido que modificar y esconder despierta emociones negativas como la rabia. Las palabras que empleamos, cuáles nos da vergüenza utilizar y cuáles se nos escapan o qué palabras esquivamos en las reuniones porque no las pronunciamos bien son muestra de ello". 

Más allá del poder económico, el estatus cultural y social, apunta la autora, son rasgos definitorios de la jerarquía social. "El capital cultural es performativo. Aunque consigamos dinero en ese ascenso social, necesitamos la parafernalia que conlleva la clase para poder construir una voz política. Por eso me interesa Belén Esteban, porque no se ha colado en los circuitos del discurso público que se nos proponen, el circuito refinado, sino que ha entrado como una hormigonera, lo ha dinamitado y se ha inventado otra cosa".

"Nos han hecho creer que por ser más cultas somos mejores personas"

El capital cultural, defiende Vasallo, tiene que ver con el refinamiento burgués, "con lo que comes, pues hay alimentos con marca de clase, o hasta con quién te acuestas. Lo vemos a través de la típica broma en redes sociales cuando alguien afirma que no tendría un rollo con una persona que escribe con faltas de ortografía. Nos han hecho creer que por ser más cultas somos mejores personas, y eso no es cierto". 

Sin embargo, la telebasura, defiende, nos acaba igualando. "Parece que gente como los Bordiú o los Vallejo-Nágera tengan más méritos y que los reconozcamos más socialmente que a una tipa que viene desde abajo como Belén Esteban. Y, aunque parece que son más dignos de según qué espacios de visibilidad, la telebasura, en ese sentido, los coloca al mismo nivel, porque les lleva a compartir escenarios".

A pesar de ello, en plataformas como Wikipedia, por ejemplo, las diferencias siguen estando acentuadas. "Si buscas un poco en Google, a Belén Esteban se le atribuye todo su mérito a haber tenido un rollo con un señor durante muy poquitos años. Mucha gente ha tenido rollos con señores y no llevan veinte años siendo líder de audiencia. Sin embargo, a Lady Di, a pesar de que la conocimos porque tuvo una relación con un señor, a los pocos años se le reconocieron otros méritos y eso sucede porque procede de una estirpe poderosa", asegura Vasallo.

Y añade: "También a Antonio David Flores, por ejemplo, ex de Rocío Carrasco, se le han atribuido varios méritos. Es decir, ahí hay una marca de clase clara, pero también de género. Belén Esteban es, seguramente, una de las mejores comunicadoras de este país, una persona extraordinaria en ese ámbito, algo que no se le acaba de reconocer".

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