La difícil situación de las empresas del metal, que constituyen uno de los principales motores económicos de Aragón, hace peligrar el empleo de miles de trabajadores. Entre enero y abril, los expedientes de regulación de empleo en este sector afectan a unos 14.000 trabajadores, la mayoría de los cuales están cobrando el paro a la espera de que la situación se equilibre y sus empresas vuelvan a producir.

En total, durante los cuatro primeros meses del año, las empresas relacionadas con el automóvil (entre ellas numerosas auxiliares de la planta Opel de Figueruelas), la producción de elementos de metal para la construcción y las de camiones y autobuses han presentado unos 170 ERE en Aragón, la mitad de los 385 que ha habido en total, más incluso que todos los que se registraron en 2008.

Sin embargo, del total de los 20.321 trabajadores afectados en total por expedientes de regulación de empleo este año, en torno al 70% (unos 14.000) pertenecen al sector industrial del metal. Según confirman los propios sindicatos, esto se debe a que las empresas de este sector suelen tener un mayor número de empleados.

"A éstos habría que sumar los despidos disciplinarios, cada vez más habituales, y las quiebras de empresas", explica Carlos Guerrero, de CCOO.

El problema se agrava debido a que buena parte de los nuevos ERE que se van presentando endurecen sus condiciones al máximo. "Cada vez hay más ERE que, en lugar de proponer suspensiones temporales, optan directamente por la extinción de empleo", confirma Luis Tejedor, de UGT.

Sólo en abril hubo 400 empleados afectados por este tipo de medidas, frente a los 263 de marzo o los 242 de febrero (contando todos los sectores económicos).

La actual situación de Opel, pendiente de la compra definitiva por parte del constructor austríaco canadiense Magna, mantiene en suspenso a buena parte de las empresas auxiliares del fabricante de automóviles.

La recuperación en la producción de la fábrica de Figueruelas gracias a la construcción del Meriva, previsto para abril de 2010, supone un respiro también para las empresas que proveen a la fábrica zaragozana. Muchas de ellas están pendientes de asumir expedientes de regulación de empleo.

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