Uno de cada cuatro aragoneses de 30 a 34 años se ve obligado a vivir con sus padres y no puede emanciparse debido a las dificultades para comprar o alquilar una vivienda. Casi el 23% de los jóvenes en esta franja de edad, en torno a 20.000 en todo Aragón, viven en el hogar paterno y cada vez lo tienen más complicado para independizarse, según los últimos datos que se desprenden del Observatorio Joven de Vivienda del Instituto Aragonés de la Juventud.

En la actualidad, un joven tiene que dedicar el 79,1% de su salario al pago de su piso. Para poder asumir su hipoteca de forma holgada (destinando sólo el 30% de su sueldo), debería cobrar un 163,69% más de su salario medio actual, que ronda los 14.623 euros anuales.

De media, sólo el 47% de los jóvenes de 18 a 34 años en Aragón están emancipados del hogar materno. Los que peor lo tienen son los más jóvenes. En la franja de edad de 18 a 24 años, sólo el 13,5% han dejado el domicilio paterno. Entre los 25 y los 29 años son el 46% y de los 30 a los 34 ya viven por su cuenta el 77,4% de los jóvenes.

El principal problema para emanciparse, aparte del paro (se ha duplicado en un año) y la dificultad para obtener una hipoteca, reside en los salarios. Para los jóvenes, los sueldos oscilan entre los 11.000 y los 16.000 euros de media al año, insuficientes para poder asumir una vida al margen de los padres.

Según los datos del observatorio, el salario mínimo para adquirir una vivienda libre rondaría los 38.562 euros al año. Incluso así, como mucho, podría acceder a una vivienda de entre 30 y 50 metros cuadrados.

La situación mejora cuando es una pareja la que decide comprar una vivienda. En este caso deberían destinar al piso el 48,6% de sus ingresos totales. En Zaragoza es mucho más complicado. Un hogar joven tendría que dedicar a la hipoteca el 51,3% de sus ingresos y un joven solo el 83,3%.

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