Entrevista | Amistades Peligrosas: "No queremos emular el éxito de los noventa, sino estar tranquilos y ser coherentes"

Cristina del Valle y Alberto Comesaña, Amistades Peligrosas.
Cristina del Valle y Alberto Comesaña, Amistades Peligrosas.
JORGE PARÍS
Cristina del Valle y Alberto Comesaña, Amistades Peligrosas.
Cristina del Valle y Alberto Comesaña, Amistades Peligrosas.
JORGE PARÍS

Dicen que lo mejor de un cabreo es siempre la reconciliación que viene después. En el caso de Cristina del Valle y Alberto Comesaña, el desencuentro acabó en ruptura, personal y musical, que ahora suena totalmente a pasado. Amistades Peligrosas, el mítico dúo de los noventa ha hecho las paces definitivamente y regresa a los escenarios más guerrero que nunca. Y es que de guerras saben un rato...

¿Alto el fuego por qué? ¡Ni que lo suyo haya sido una guerra! Aberto Comesaña (AC): ¡Fue una guerra, no vamos a ponerle paños calientes a día de hoy! (ríen). Le llamamos la guerra de los 30 años, por aquello del treinta aniversario del grupo. Cristina y yo, desde el principio de los tiempos, cuando éramos pareja, éramos muy convulsos, muy reivindicativos cada uno con su postura, muy vehementes... Y bueno, después de 30 años, surge esta oportunidad pospandémica y a ver si conseguimos dar una buena gira, sobre todo por Latinoamérica, que es lo que más nos apetece, por ser algo nuevo para nosotros. La letra de Alto el fuego es toda una declaración de intenciones.

¿Ha cicatrizado bien la herida? Cristina del Valle (CV): Sí. Yo creo que hay cosas que, a veces, no son tan verbales como sensitivas. Cuando una herida cicatriza, al final se acaba incrustando en la piel de tal forma que ni la notas. Y creemos que los dos tenemos ya una relación superfluida, somos más maduros y, creo, estamos disfrutando las cosas que hacemos mucho más y de una manera más sana que hace años. Hemos puesto dos condiciones: una, disfrutar con lo que hacemos, queremos recuperar el éxito de disfrutar; y dos, que la amistad sea un principio de todo lo que vaya atravesando nuestra relación.

¿Estaban condenados a entenderse? AC: Condenados suena como muy... A ver, cuando Cristina me propuso volver el año pasado, yo estaba en otra etapa, y así se lo dije. No tenía una necesidad imperiosa de resucitar nada. Yo le dije que, para mí, lo fundamental no es emular las cotas de éxito de los noventa, sino estar más tranquilos y ser coherentes con lo que hacemos. A partir de ahí, si vienen éxitos, estupendo, pero con recuperar la amistad y el sosiego me siento más que satisfecho.

"Cuando una herida cicatriza, al final se acaba incrustando en la piel de tal forma que ni la notas"

La canción deja caer la idea de no haber disfrutado del enorme éxito que tuvieron. ¿Qué pasó? CV: Si se hace un histórico de los grupos, la convivencia es algo supercomplejo. Si a eso le sumas dos personas que se van a vivir juntas sin conocerse y que encima pasan al éxito a su máximo nivel pues, en nuestro caso, se nos hizo insostenible. No teníamos espacio para nosotros, ya no solo como pareja. Llegó un momento en que acabamos perdiendo las riendas de nuestra vida, sobre todo cuando dejamos de disfrutar con lo que hacíamos, así que dijimos basta.

Aun así, aguantaron muchos años. AC: Yo te puedo dar mi versión. Estuvimos cinco años de pareja artística y profesional muy difíciles: dormíamos juntos, viajábamos juntos, compartíamos camerino juntos, firmábamos autógrafos juntos... Llegó un momento que te explotaba la cabeza. Cuando nos separamos como pareja e intentamos seguir como pareja profesional, porque Amistades Peligrosas era ya una industria y había una serie de intereses creados, en mi cabeza pensaba que a ver si, teniendo ya cada uno su espacio y viéndonos menos, la cosa caminaba mejor, pero no fue así, diría que hasta fue peor, porque entramos en una lucha de ego profesional, y así hasta que al final nos separamos en 1998. CV: No aguantamos por el éxito. Tuvo que ver con que, a medida que fuimos creciendo, (la separación) fue más un tema de criterios: yo caminaba hacia un lado y Alberto hacia otro. Yo el grupo lo sentía cada vez más como un tema de compromiso social. Entonces, cada uno hizo casi su disco propio: teníamos nuestros músicos, nuestros productores... Nunca dimos concesiones en lo creativo, fuimos muy honestos, para lo bueno y para lo malo, y a mí eso me parece un éxito. Siempre fuimos transparentes, con nuestra música y con nuestra ruptura, en el sentido de que había motivos, que estaban ahí y se palpaban y se sentían. No es fácil decir que no al éxito, a una situación de empoderamiento. Cuando lo haces, estás poniendo en valor otras cosas más importantes.

"No aguantamos por el éxito, (la separación) fue más un tema de criterios: yo caminaba hacia un lado y Alberto hacia otro"

En su vuelta reivindican que no son un grupo más de los que vuelven y que solo se basa en la nostalgia. AC: Ese componente está ahí, porque el público, obviamente, va a recordarnos el Me quedaré solo, el Estoy por ti, el Africanos por Madrid, el Me haces tanto bien... Son canciones fundamentales y estamos encantados de que así sea, pero componer canciones nuevas es superexcitante. El problema es que la industria ha cambiado. Alto el fuego es un tema que, si hubiera salido en 1995, ahora sería número uno en todas las listas. Eso es un poco la desgracia del momento en el que estamos metidos.

Cristina del Valle y Alberto Comesaña, Amistades Peligrosas.
Cristina del Valle y Alberto Comesaña, Amistades Peligrosas.
JORGE PARÍS

¿Han encontrado la industria musical muy cambiada? AC: ¡Esto da para una sola entrevista! Las compañías discográficas se han transformado, reduciéndose y reciclándose hacia un negocio más digital. Y también lo han cambiado todo las redes sociales, la piratería, Operación Triunfo... Antes hacías promoción en todos los programas de televisión y ahora te meten en algún programita... CV: Todo evoluciona y cambia, como es normal. Lo positivo es que las redes han abierto un espacio que en plano creativo sirve para la libertad, la independencia y la diversidad, ahora cualquier grupo puede hacer una maqueta y llegar directamente a la gente sin tener que sonar en una radiofórmula o que te apoye una maquinaria detrás.

"'Alto el fuego' es un tema que, si hubiera salido en 1995, ahora sería número uno en todas las listas"

Alto el fuego es un tema en el que se ve completamente la esencia de Amistades Peligrosas. AC: Sí. Tiene una base un poco reguetonera, para actualizar el componente que tiene Amistades, que es la conjunción de las dos voces y que sí sigue estando ahí.

¿Y el feeling entre ambos? ¿Ese sigue también estando? AC: Habrá que ver las actuaciones, pero yo creo que sí, que va a estar ahí. Esto es como andar en bicicleta, no se olvida. CV: Tú no tienes una carrera de treinta años porque sí, no tienes un público porque sí, no vendes millones de discos porque sí. Un producto te dura un tiempo, pero algo que es tan creativo, personal y único como fue y es Amistades tiene ese punto de identidad propia que luego te gusta o no te gusta, pero lo tiene.

"La esencia del grupo es no andarse nunca con paños calientes e ir siempre con la verdad por delante y siendo duros"

Otra de las claves del grupo fueron sus letras, en las que hablaban abiertamente de sexo, por ejemplo. AC: La esencia del grupo es no andarse nunca con paños calientes, ir con la verdad por delante y siendo duros. A mí me gustan las letras duras, nunca fui nada romántico componiendo. Es más, se me da mal. Se trataba de decir lo que nadie se atrevía.

¿Ahora le da rubor cantar, precisamente, esas letras? AC: ¡Claro! No tiene nada que ver una canción compuesta con 20 años que una compuesta con casi 60. Hay canciones que me las autocensuro cuando canto en directo porque me da rubor. Y, sobre todo, cuando ves entre el público a críos de 15 años, dices: ‘no puedo cantarte esto’. Cambias la mentalidad, si no lo hiciera sería un descerebrado completo.

"Hay canciones que me las autocensuro cuando canto en directo porque me da rubor"

¿Calcularon el impacto que causarían en sus fans con su vuelta? ¿Hubo miedo de que no siguieran ahí? CV: El impacto no lo dimensionamos hasta que lo hemos vivido los dos, hemos sido conscientes de lo que supone la música en la vida de la gente. Los fans siempre han estado ahí, los de España y los de América Latina, que es un público más de grupo, no tanto de canciones. También hemos podido valorar el impacto de la música en esta época de pandemia. Ahora más que nunca hemos sido conscientes de la importancia de la música y la cultura en la vida de la gente.

amistades peligrosas

  • Cristina del Valle (60 años) y Alberto Comesaña (59) empezaron a salir en 1989. Dos años después, formaron Amistades Peligrosas, que ha tenido varias etapas con y sin ellos al frente. En casi una década juntos -de 1991 a 1998-, los autores de temas como 'Estoy por ti' o 'Me haces tanto bien' vendieron millones de copias juntos. Ahora, más de dos décadas después, regresan a los escenarios.

¿Cómo han cambiado desde que empezaron, hace tres décadas? AC: Yo me he reposado mucho. Lo que me gustaba hacer entonces, ahora me da un poco lo mismo. Disfruto mucho de pasear al perro, de cuidar mi jardín... hago la cama, que antes no la hacía... Me he hecho mayor en ese sentido. Lo noto, pero lo disfruto. En los noventa tenía más conflictos internos, y ahora eso es algo que está aparcado. Estoy contento con mi yo interno. CV: Yo, más que cambiar, he evolucionado. He seguido muy energética, muy cañera, muy guerrillera. Cuando dejé Amistades me impliqué en una organización que creé, Plataforma de Mujeres Artistas Contra la Violencia de Género, y estuve 19 años recorriendo el mundo, creciendo como ser humano y dándole el sentido que yo buscaba a la música. He sido muy coherente con las enseñanzas de mi madre y con la experiencia de niña, de ser víctima de la violencia y, en ese sentido, no tiene precio.

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