El tesoro descansa en el Camp Nou

El Camp Nou encierra el tesoro más preciado: Liga, Copa y Liga de Campeones. El botín, como no podía ser de otra manera, llegó escoltado por los jugadores, cuerpo técnico y mandatarios, así como por más de un millón de aficionados, que disfrutaron de una celebración merecida después de que el FC Barcelona se haya convertido en el quinto equipo en conseguir semejante hito.

Todo comenzó a las 18.00 horas, cuando el avión de los tricampeones tocó suelo en el aeropuerto de El Prat. Las bromas, los primeros saltos y las banderas y bufandas en los jugadores marcaba la senda del festejo, y los primeros gritos de "campeones, campeones" acompasaban la emoción.

Acto seguido, los jugadores montaron en el autobús descapotable del club, correctamente engalanado para la ocasión, con ilustraciones que recordaron, en todo momento, que este equipo ha conseguido algo histórico en nuestro país (ningún otro equipo ha conseguido los tres trofeos).

Sucediendo las plazas y calles más emblemáticas de la ciudad, los jugadores contemplaron la movilización de la afición (más de un millón de personas), que poblaron todos los rincones con la intención de saludar a los campeones. Los cánticos, allá por Plaza Catalunya, cuando miles de seguidores hacían rebosar el lugar habitual de las celebraciones culés, no podían ser otros que "oe, oe, oeo, esto es un chorreo".

Pero la emoción tocó techo cuando el reloj superaba las 22.00 horas. Los jugadores llegaban al Camp Nou con las tres copas, corriendo, ilusionados y con la intención de poner en pie un estadio azulgrana repleto.

Allí, los jugadores saltaron sobre el césped del estadio y dieron la primera vuelta de honor. El planning de actos obligaba a los mismos a esperar en el túnel de vestuarios, para posteriormente ser nombrados uno a uno uno por la megafonía, pero la ilusión del momento complicaba el repliegue.

Con las luces apagadas y los flashes fotográficos echando humo, los integrantes del cuerpo técnico fueron los primeros en saltar al centro del campo, seguidos de los jugadores de la plantilla nombrados uno a uno. Citar a Alves aumentó los decibelios en el Camp Nou, para tocar techo con la salida de Messi y Eto'o, goleadores de la final de la Liga de Campeones. Iniesta y Valdés se encargaron de transportar la Copa del Rey, Xavi y Puyol la de la Liga y Guardiola y su segundo, Tito Vilanova, la Champions.

El colofón se puso con los gritos y agradecimientos de los jugadores al público del Camp Nou, para cerrar definitivamente el festejo con el lanzamiento de fuegos artificiales. Sin duda, el tesoro ya está en casa.

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