En lugar de decir el expulsado el jueves como se ha hecho a lo largo de toda la edición, la semana pasada Mediaset decidió cambiar su mecánica en lo que a todas luces era una apuesta por reforzar la gala de Supervivientes del lunes, presentada por Jordi González, frente al estreno de Mask Singer en Antena 3.

Así, por primera vez tuvieron que convivir tres supervivientes en Playa Destierro durante cuatro días: Palito Dominguín, Lola Mencía y Agustín Bravo, al que la audiencia había elegido para que abandonara el reality, convirtiéndose en el cuarto expulsado definitivo. Para elegir entre los tres, el público solo tuvo el tiempo habitual, unas horas durante la gala del jueves. 

Lo que cambió fue que ni la audiencia ni los concursantes supieron la decisión de la audiencia hasta este lunes. Bravo coge así el testigo de Antonio Canales, Marta López y Alexia Rivas. Ya cuando le comunicaron el pasado jueves en La Palapa que había sido el menos votado, comentó que se iba con un sabir agridulce.

Y es que, el comunicador no ha tenido un concurso nada fácil: comenzó su participación en barco encallado, ya en tierra firme pasó a ser lacayo y, por último, habitante de Playa Destierro. Además, tuvo roces con Melyssa o Alexia, y le lanzó algún dardo profesional a Isabel Pantoja. Con todo, Bravo saca la parte positiva, y destacó el buen equipo que formaban palito y Lola, además de asegurar que nunca olvidaría su paso por Honduras.