Los diez años de bachillerato de excelencia en el Instituto San Mateo

  • Más de 2.800 alumnos se han formado en el centro que puso en marcha Madrid hace una década.
Alumnos del Bachillerato de Excelencia en el IES San Mateo, hace unos días.
Alumnos del Bachillerato de Excelencia en el IES San Mateo, hace unos días.
Jorge Paris
Alumnos del Bachillerato de Excelencia en el IES San Mateo, hace unos días.

Nada más cruzar el umbral de la puerta del instituto público San Mateo, situado a escasos metros de la calle de Fuencarral, el visitante percibe que no está en un centro de secundaria al uso. Una pared a rebosar de diplomas y distinciones da la bienvenida al recién llegado. Se acumulan los triunfos en concursos de teatro, certámenes de traducción de latín o en olimpiadas matemáticas.

Cada uno representa un premio al esfuerzo de alumnos que han ido pasando por sus clases en los últimos 10 años, los que cumple el programa regional de Bachillerato de Excelencia. El céntrico instituto es el único de la Comunidad de Madrid que lo imparte en exclusiva, pero hay otras 14 aulas repartidas en centros convencionales. Por todas ellas han pasado en la última década más de 2.800 estudiantes.

El programa lo puso en marcha Esperanza Aguirre. El objetivo que perseguía entonces, y en el que se insiste hoy con más ahínco si cabe, es dar una respuesta dentro del sistema público a los alumnos que destacan por su motivación y conocimiento en la ESO. "Se trata de dotar de un sistema de excelencia a la educación pública", sintetiza Horacio Silvestre, que está al frente de la dirección del San Mateo desde 2011. Catedrático de Latín, Silvestre ha sido testigo de excepción de la consolidación de esta opción educativa: en el primer curso había 85 jóvenes y hoy son 864, 470 de 1º de Bachillerato y 394 de 2º.

Del total de alumnos del programa, alrededor de 250 acuden a clase al San Mateo. Llegan a diario desde diferentes puntos de la región y, en cursos anteriores, incluso han tenido chavales de otras comunidades. Todos reciben las mismas asignaturas que sus compañeros del Bachillerato convencional, pero sus contenidos se desarrollan con mayor profundización y tienen más horas lectivas de Inglés, Latín y Matemáticas. Por las tardes asisten a clases extraescolares (como teatro o idiomas) en las que están involucrados sus 17 profesores. Además, en sus dos cursos desarrollan un proyecto de investigación.

En su primera década como centro excelente, además del rosario de premios, se ha conseguido que los alumnos salgan con una nota media superior a 8, han logrado 14 premios extraordinarios de Bachillerato y es habitual ver a alumnos del San Mateo entre las mejores notas de Selectividad de toda la región, entre otros hitos.

Entre tantos alumnos brillantes podría pensarse que hay una competición feroz entre los estudiantes, pero sus profesores dicen que no es así: el ambiente es muy bueno y los estudiantes se ayudan unos a otros, cuentan. El profesorado del San Mateo también quiere dejar atrás antiguas polémicas que rodearon al centro, como elección de profesores a dedo o notas infladas.

"El San Mateo ha funcionado contra viento y mareas", proclama Horacio Silvestre, que no solo vela por la educación de sus alumnos actuales, sino que trata de seguir la pista de los antiguos. Y no es fácil: son jóvenes que mantienen intactas sus inquietudes: son muchos los que años después de salir del instituto siguen formándose, en España o el extranjero. "Dar clase aquí es muy exigente. Estos chicos te escriben hasta los márgenes de los exámenes", asegura Ana Concha, jefa de Estudios. 

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