Entrevista | "Este verano no me quitaría la mascarilla. Es engorroso, pero es un beneficio mucho mayor que el perjuicio"

  • José Antonio Medina, presidente del 22 Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, atiende a 20minutos
  • "En los hospitales ahora no hay problemas de falta de material, sino de cansancio de los sanitarios", afirma
  • "Ahora mismo, el porcentaje de vacunación no es tan alto como para decir que no pasa nada", sostiene
José Antonio Medina Carmona.
José Antonio Medina Carmona.
20minutos
José Antonio Medina Carmona.

Por primera vez después de que empezara la pandemia, 12.000 gestores y directivos de hospitales volverán a reunirse en Málaga el próximo septiembre en el 22 Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria del que será presidente el doctor José Antonio Medina Carmona, jefe de Servicio de Oncología Radioterápica del hospital Virgen de la Victoria de esta ciudad. Como antesala, esta semana se han celebrado en Sevilla unas jornadas precongresuales donde los responsables de la organización reflexionan sobre las consecuencias de pandemia y sobre el futuro, que pasa por la implicación de las nuevas tecnologías para dar al paciente un trato más directo e "inmediato".

El doctor Medina vio cómo al principio de la pandemia los ingresos por Covid se multiplicaban por diez en 15 días, cómo fue necesario convertir su hospital malagueño en un "hospital Covid" que desplazó diagnósticos y tratamientos de otras patologías. Un año después, alerta del cansancio que acusa el personal sanitario y de que, a pesar de la buena marcha de la vacunación, todavía no estamos en niveles como para comportarnos como "si no pasara nada". De momento, cree que no debemos desprendernos todavía de la mascarilla y duda de que regresemos del todo a la normalidad de antes. La pandemia, dice, ha mostrado que "somos muy vulnerables".

¿En qué situación están los hospitales en este momento?

En el de Málaga nosotros ahora mismo no estamos mal, pero no le puedo dar una vista general.

¿La sobreocupación que vivimos el año pasado se ha disipado?

Mi sensación es que estamos mejor, ya hay vacunados y no hay la presión asistencial que había antes, pero sigue existiendo.

¿Cómo cree que estaremos en los próximos meses?

Espero que estemos bien, que con la vacunación masiva que se está haciendo lleguemos a una inmunidad de rebaño que nos permita tener, si no un verano como los de antes, algo mejor que el del año pasado. Va a depender también mucho de cada uno. Yo insisto mucho como médico y como gestor en que, independientemente de la vacuna y de la asistencia que se puede hacer, en cada uno de nosotros está hacer las cosas bien. 

Como sanitario, ¿qué le parecen las imágenes de la medianoche en en que decayó el estado de alarma?

Preocupantes. Si somos sensatos y aplicamos un poco de ciencia, sabemos que, ahora mismo, el porcentaje de vacunación no es tan alto como para decir que no pasa nada y nos quitamos la mascarilla y lo damos todo, y hay que tener responsabilidad personal.

¿Nos espera otro verano con mascarilla? Estados Unidos ya no la exige en los interiores y aquí hay comunidades que piden que no se utilice en exteriores.

Yo no me la quitaría. Es una cuestión personal. Soy gestor, no epidemiólogo ni preventivista, pero entiendo que ahora mismo la mascarilla es un elemento importante a tener en cuenta, como lavarse las manos o mantener la distancia social. Es engorroso, pero entiendo que es un beneficio mucho mayor que el perjuicio. Y aunque estemos vacunados debemos seguir manteniendo las precauciones porque podemos ser transmisores, eso también es importante.

¿A qué cambios ha obligado a introducir la pandemia a los hospitales desde el punto de vista de la gestión?

Ha sido muy problemático, sobre todo al principio. En la primera ola hubo que transformar el hospital en un hospital Covid. Fue un esfuerzo tremendo de organización de efectivos y sobre todo de trabajo de los profesionales. En Málaga, pasamos en 15 días de 25 a 250 ingresados por Covid, era el hospital entero. Había dificultades diagnósticas, pasó en todo el mundo y se hizo una tremenda gestión y los profesionales fueron de chapó. Hubo gente que no era especialista en medicina interna y todo el mundo colaboró, cirujanos, enfermería… Había que sacar esto y todos trabajamos en la misma dirección.

"En la primera ola hubo que transformar el hospital en un hospital Covid"

¿Como están anímicamente los sanitarios más de un año después?

Es complejo. Cada uno vive la presión de una manera. Hay cansancio, porque parece que [la pandemia] se va y vuelve. Gente que trabaja en UCI, aparte del trabajo y la afectación, hemos tenido tratamientos poco efectivos desafortunadamente y todo se acumula. Cuando empiezas a trabajar, trabajar y trabajar pero tienes un horizonte, dices bueno, vale. Pero cuando cada poco vuelve, eso desanima. Como pasa en la sociedad, todos estamos deseando tener una mínima normalidad. No la de antes, porque no la tendremos, pero sí una mínima normalidad

¿No la tendremos nunca?

No lo sé. Esto ha demostrado que somos muy vulnerables, no le extrañe que venga otra más delante, no lo sé. Pero [la pandemia] ha puesto en solfa que hay que hacer las cosas de otra manera. La atención primaria tiene que dar un salto tremendo y no solo centrarse en los hospitales. La buena salud es la que se hace desde la educación, desde que los niños empiezan a crecer y estar en la escuela, ahí empieza la salud, por una buena alimentación, una buena economía y lo último sería ir al hospital. Sería lo ideal.

Uno de los problemas más acuciantes el año pasado fue la falta de material. ¿Eso está solucionado?

Igual que hay cosas que se hicieron mal, las inversiones que se han producido han venido a solventar el problema de la protección de los sanitarios y los diagnósticos. Ahora no debe haber ningún problema. Hay PCR, protección, camas… no es un problema de falta de material sino de que haya más o menos pacientes y del cansancio, de que pensemos que salimos y volvemos.

¿Qué cosas se ha hecho mal?

Yo creo que es difícil decirlo porque hay que hacer un análisis más amplio con perspectiva de tiempo. Decir qué se ha hecho mal cuando viene una pandemia, que nadie sabe, nadie conoce, para la que nadie está preparado. Digo nadie en el mundo, porque a los chinos también les pasó, le está pasando a India Es muy difícil. A nivel político está todo muy radicalizado y muy influenciado por las redes sociales y no ha habido realmente un impass donde las autoridades públicas y los gestores hayan podido tener tiempo de pensar qué hacer. Ha sido todo muy rápido, como la enfermedad en sí. Al ritmo que venían las urgencias era imposible decir ‘paramos y pensamos”. Había que actuar.

"No ha habido un impass donde  autoridades públicas y gestores hayan podido tener tiempo de pensar qué hacer. Ha sido todo muy rápido, como la enfermedad"

¿Alguna medida que fruto de la urgencia o la falta de reflexión?

Ha sido un cúmulo de cosas. Yo creo que la desescalada después de la primera ola fue rápida, básicamente pensando en la economía. Yo entiendo que con ciertas cosas te puedes equivocar o acercar, y uno quiere acertar. Y te juegas muchas cosas porque un país parado… Hay que comer porque, si no, la enfermedad es otra.

¿Cree que ahora se debería haber prolongado un poco más el estado de alarma?

Ahí no sé qué decir. Yo creo que ha sido diferente [que la desescalada] porque ahora hay vacunas, es muy diferente. Lo que sí apelaría es a la respuesta es individual, es una cuestión de cada persona, pero no me voy a mojar en eso.

Como oncólogo, ¿hasta qué punto la pandemia desplazó el tratamiento de otras enfermedades?

De entre el 20-25% de pacientes con diagnóstico de cáncer. La cáncer son casi globales. La pandemia ha hecho que la gente se quede en casa, que tenga miedo (todos tenemos miedo), que se paralice la actividad y las campañas de prevención. Hay pacientes que vienen con estadios más avanzados de lo que era normal y también hemos visto un descenso de la asistencia, que estamos recuperando poco a poco. El impacto en oncología se ha visto, pero también en otras patologías. Cuando de un hospital haces un monográfico de Covid, no ves la parte de enfermedades que hay ahí.

"La pandemia retrasó el diagnóstico de entre el 20 y el 30% de los cánceres, ahora estamos prácticamente en la actividad normal"

¿En cuánto tiempo se podrá recuperar el ritmo?

Yo creo que prácticamente estamos en la actividad normal. Al menos el área en el que yo trabajo, ahora mismo diría que estamos casi normalizando la actividad.

Le pregunto por algo que es motivo de queja recurrente: la prohibición de acceder a los hospitales como acompañantes, incluso a ecografías a las que solo pueden asistir las madres. ¿Sigue siendo necesario mantener estas restricciones?

Yo, que soy oncólogo, entiendo las quejas. Pero un hospital no es tu casa, hay pacientes, enfermedades y posibilidad de contaminación. Y limitar el acceso, tanto a habitaciones y a acompañantes, es una medida eficiente porque un contacto estrecho de un positivo puede infectar al paciente y al personal. Yo esa medida la veo muy prudente, [aunque] también habrá que ver los casos. Pero ahora mismo las restricciones de acceso a los hospitales las veo muy prudentes. Ya veremos un poquito más adelante, pero por ahora las veo bien.

"Un contacto estrecho de un positivo puede infectar al paciente y al personal, veo muy prudentes las restricciones de acceso de acompañantes a los hospitales"

En su saludo de bienvenida al Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria que se celebrará en septiembre dice que el mundo sanitario atraviesa por “momentos de incertidumbre”, ¿a qué se refiere?

Después del año de pandemia se ha demostrado que tenemos un buen sistema sanitario y lo seguimos teniendo, pero que hay margen de mejora. El reto a partir de ahora que la pandemia está controlada es cómo queremos abordar la sanidad en el presente y el futuro. Estamos asistiendo a cambios muy importantes a nivel de provisión de salud. Por ejemplo, tecnológicas como Amazon va a incorporarse a proveer salud.

¿Cómo?

Ha hecho una apuesta por la asistencia sanitaria en Estados Unidos basada en teleasistencia, en médico en casa, en inmediatez. Es un cambio de paradigma muy importante a la hora de entender la atención sanitaria.

¿A qué abocará este cambio de paradigma a la sanidad como la entendemos tradicionalmente?

Como dice nuestro lema “Sanidad 4.0.”, el paciente ya presente y de futuro está hiperconectado, quiere intervenir en cómo se organiza el sistema sanitario alrededor de él, va a reivindicar su sitio y hay que darle una respuesta que se define Salud 4.0, una medicina basada en la evidencia científica pero que se pueda hacer de otra manera. Que el paciente tenga palabra cada vez más. Vamos a hacer lo que realmente le importe al paciente y le afecta, de la mano de las tecnologías.

"El nuevo paradigma de la sanidad es que el paciente pueda participar en las decisiones, en por qué solo se abre el hospital de mañana o por qué sábados y domingos no hay actividad"

¿Me pone un ejemplo?

Si pido una cita y me la dan para dos meses, yo quiero inmediatez. Que con un dispositivo alguien responda a mi problema. Que si tengo un problema de pruebas diagnósticas, se me hagan lo más rápidamente posible. Que cuando me tengan que atender yo pueda participar en las decisiones por ejemplo, por qué solo se abre el hospital de mañana si yo puedo ir por la tarde o por qué sábados y domingos no hay actividad. Son ejemplos que tenemos que empezar a abordar.

Pero eso supone terminar con las listas de espera o destinar más recursos económicos para ampliar horarios en hospitales y consultorios. ¿Qué aportación tiene que hacer la administración pública para que esto sea una realidad?

Bueno [ríe], lo que los gestores hacemos es intentar que la política sanitaria del país o de la comunidad autónoma sea la más eficiente posible, esa es la misión del gector y es independiente que sea [un hospital] público o privado, tenemos que hacer la misma gestión eficiente y a que realmente aporte valor a la persona. Cuando digo valor es que cuando médicos y sanitarios actúan sobre el paciente, que éste no solo encuentre solamente la cuestión médica. Cuando operamos una rodilla, la experiencia clínica es distinta a saber si el paciente puede ir a trabajar o sus expectativas al operarse se han cubierto, por ejemplo, porque antes podía correr y ahora no pueda. Que se contemplen también esos parámeros, no solo la operación. Ese es el reto que tenemos ahora mismo.

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