En concreto, la actuación consistirá en la revisión de las zonas de piedra de toda la fachada, la retirada cuidadosa de las partes disgregadas y con peligro de caída y la recuperación de las juntas y grietas que se encuentren. Todo ello siguiendo las indicaciones de la institución Príncipe de Viana, que, según precisan los Servicios Generales de la Cámara en el expediente evacuado a tal efecto, aconseja intervenir cada cuatro o cinco años para controlar el estado del frontis, evitar deterioros añadidos y prevenir riesgos.

La última supervisión de la fachada del Parlamento de Navarra se llevó a cabo en diciembre de 2016, al objeto de estabilizar las zonas de piedra arenisca deterioradas, tras haberse producido un pequeño desprendimiento, ha informado la Cámara.

El desarrollo de estos trabajos, que no alcanzaron la condición de restauración ni de sustitución o reparación de piezas, fue recogido en un trabajo, donde se hizo constar que la degradación de la piedra continuaba e iría avanzando con mayor o menor rapidez "dependiendo de las condiciones climáticas".

Previamente, en 2010 y a raíz de otros desprendimientos, se había procedido a la revisión de la cornisa superior del remate de la fachada, catalogada con el grado 3 de protección.

El concurso entre las dos empresas a las que, tratándose de un contrato sujeto al régimen especial de menor cuantía (Ley Foral Contratos Públicos, 2/2018, artículo 81), se solicitó presupuesto con el visto bueno de Príncipe de Viana, se decantó en favor de la citada. Se trata de la única compañía navarra que forma parte de la Asociación Española de Empresas de Restauración del Patrimonio Histórico (Arespa).