Como ocurre con la mayoría de alimentos, el pan, en su justa medida, es un alimento indispensable en la dieta mediterránea, siempre y cuando sea pan ‘de verdad’. Tiene cabida en todas las comidas del día en forma de bocadillo, tostada o como ayuda para no dejar nada sobre el plato. Además, hoy en día podemos disfrutarlo en múltiples recetas, desde las más tradicionales a las novedosas con cereales especiales (¡hasta proteicos!), aunque mayoría abogan por dejar atrás harinas refinadas para saborear una elaboración más saludable. En este sentido, el de masa madre, que conlleva un proceso de fermentación más largo evitando así las levaduras industriales, es uno de los que más popularidad ha alcanzado en los últimos meses. De hecho, muchos se han animado a prepararlo en casa, aunque no siempre han obtenido el resultado esperado.
El aumento del tiempo de fermentación, que llega a alcanzar una semana, y la necesidad de ‘alimentar’ este fermento han provocado que muchos tiren la toalla con esta receta y apuesten por barras prefabricadas y pan congelado. Claro que hay quienes ya han descubierto la clave del éxito: una panificadora. Este pequeño electrodoméstico ha conquistado muchas cocinas puesto que nos permite disfrutar de pan recién hecho sin apenas esfuerzo.
Y si hay un modelo que se ha ganado los corazones de los chef amateur ese es el de Silvecrest, de Lidl, uno de sus artículos best seller que se agota en cuanto se repone. Y no es de extrañar: por menos de 50 euros ofrece 16 programas y 3 niveles de tostado. Además, es uno de los modelos que la OCU ha destacado en sus análisis. ¿Qué más se puede pedir?
Un modelo por el que apostar
Con un tamaño compacto, pero funcional, que nos permite colocarla en el rincón de la cocina que más nos compense y un precio asequible para todos los bolsillos, la panificadora de Lidl es una de las apuestas seguras para aquellos que quieren disfrutar de las verdaderas tostadas recién hechas. Y es que, con varios programas disponibles (para que, además de pan, podamos hacer masa de pasta, pizza, mermelada o yogur, entre otros), este pequeño electrodoméstico es capaz de amasar, fermentar y cocinar este alimento para que podamos disfrutarlo caliente a primera hora de la mañana.
Cuenta, entre otras funciones, con una de mantenimiento en caliente durante una hora, con un programa exprés de 80 minutos para preparar un pan de kilo y medio, con un temporizador de 15 horas con inicio diferido y varias señales visuales y acústicas para advertirnos de un cambio de proceso (ya sea para añadir otro ingrediente o para extraer la varilla amasadora). Un conjunto de características variadas pero eficaces con las que sumarse a la fiebre del pan casero, pero sin perder tiempo entre fogones.
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