Antonio David no llevó a su hijo al hospital tras tres días con el brazo roto, según Rocío Carrasco: "Que le lleve su madre"

Rocío Carrasco, en la serie documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'.
Rocío Carrasco, en la serie documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'.
TELECINCO
Rocío Carrasco, en la serie documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'.

Este miércoles, Telecinco emitió el sexto capítulo de Rocío, contar la verdad para seguir viva. El documental, que está removiendo el panorama televisivo de los últimos 20 años y creando también un gran impacto en la visibilidad de la violencia machista, trató un tema tan duro como son las primeras secuelas de la situación en los hijos de la pareja. 

Al principio, Carrasco no pudo contener la emoción al leer los perfiles psicológicos que le hicieron a Rocío Flores cuando tenía tan solo cinco años: el informe la retrataba como una niña generosa, cariñosa, que se desvivía por su hermano pequeño atendiendo a sus necesidades especiales. Sobre su madre, decía que se identificaba con ella y se sentía elegida y querida por ella.

Tiempo después, un nuevo análisis revelaba que la niña estaba desarrollando problemas de concentración y ansiedad, además de miedo a perder a su madre. Aquí, Rocío Carrasco dijo que empezaba "la semilla del mal". Más tarde, puso un ejemplo muy ilustrativo de la manipulación que asegura que vivieron los niños, asegurando que estos "habían crecido con la misma versión que el mundo entero". 

Antonio David hace creer a los niños que su madre se va cuando duermen

Según contó, durante un año en el que los pequeños convivían con Carrasco y su pareja y pasaban fines de semana alternos con Antonio David, Rocío Flores empezó a desarrollar terrores nocturnos. De hecho, dijo que la niña solía despertarse en medio de la noche, salir al pasillo y, entre gritos y lágrimas, llamar a su madre. 

La explicación de esto fue devastadora, y es que la pequeña le contó que Antonio David había dicho que, cuando ella y su hermano dormían, Rocío Carrasco y Fidel Albiac se marchaban de casa, dejándoles solos.

Esto fue un punto de inflexión para Carrasco, que lloró amargamente y vaticinó que el guardia civil terminaría quitándole a sus hijos, tal y como ocurrió: "Se ha cumplido, me ha quitado a mis hijos, lo más importante que he tenido en mi vida. Ha hecho que me odien y tengan esa imagen de mí, que es mucho más cruel, haciéndoles participes de cosas de las que no tienen que ser partícipes".

Pero lo más impactante del testimonio no había llegado aún y es que Rocío Carrasco contó que, en una ocasión, los niños llegaron de uno de esos fines de semana alternos dos horas y media tarde sin previo aviso, y con el más pequeño de ellos dañado físicamente.

Según contó, vio que el niño tenía un gran bulto en su brazo y que, al palparlo para ver qué le ocurría, emitió un alarido por el dolor y hasta se quedó paralizado. Después, se lo enseñó a Fidel Albiac, quien previó lo que confirmaría una doctora en urgencias: el niño tenía el brazo roto.

Su hermana, Rocío Flores, contó que Antonio David no había ido con el niño al hospital, sino que había preferido que lo llevara su madre al cuando llegaran a casa. Por si no fuera poco, la pequeña contó que la lesión se había producido cuando el niño se cayó de una litera... el viernes, es decir, casi tres días antes de regresar junto a su madre, que fue cuando le llevaron al hospital.

En ese momento, recordó Rocío que la fractura era tan brutal que la propia doctora le dirigió una mirada de desconfianza mientras le preguntaba cómo se lo había hecho el niño. Después, Carrasco acudió a poner una denuncia por negligencia en los deberes de custodia y la retiró posteriormente porque, una vez más, "no quería hacer nada que fuera en contra del padre de los niños".

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