"Es imposible que se realice un Consentimiento Informado Verbal, no es ni posible ni cierto que se esté haciendo, y en todo caso, aun siendo cierto, que no lo es, no tendría validez alguna para los pacientes/usuarios inoculados, al no existir prueba fehaciente de la información dada y del presunto consentimiento", sostiene la presidenta de la asociación.
Para Susana Pérez-Alonso hay que citar a la población y enviarles previamente un Consentimiento Informado o buscar el método adecuado. Un consentimiento con original y copia que ha elaborado un grupo de trabajo congregado para este fin por Asencro, formado por juristas, profesionales sanitarios y pacientes.
"Están vacunando sin ni siquiera conocer la carga viral de los ciudadanos a los que se inoculan dichas vacunas. No nos consta que tengan segmentados a pacientes de ningún tipo o manera. ¿O sí? De ser así nos alegraríamos, pero no los tienen según parece", apunta.
Además explica que los laboratorios farmacéuticos no han hecho públicos los contratos y no son responsables de ningún efecto no deseado. "Los Gobiernos no dan información fiable, y cada uno, en Europa, vemos como toma decisiones diferentes respecto a una determinada vacuna. Los estudios no son definitivos, desconocemos hasta el periodo de inmunización que tienen esos preparados. Y el ciudadano lo asume porque tiene miedo", añade Susana Pérez-Alonso.
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