Esta herramienta, que se habilitó en este hospital a principios de marzo de 2019, se utiliza para diagnosticar enfermedades del sistema nervioso, de los órganos del abdomen, de la mama y del aparato músculo-esquelético.
Se trata de un método de adquisición de imágenes que no usa radiaciones ionizantes y que no conlleva riesgos para el paciente, salvo cuando la prueba lleva contraste, que puede ocasionar reacción alérgica, aunque es poco probable.
En este sentido, ha explicado que para tomar imágenes de determinadas partes del cuerpo puede ser necesario utilizar un contraste para que las fotografías sean más claras y precisas, un procedimiento que se hace inyectando gadolinio por vía intravenosa.
Según ha precisado la jefa del servicio, María Isabel Galarraga, las pruebas más frecuentes han sido las exploraciones de cráneo, columna, rodilla, hombro, abdomen, pelvis y pecho, entre otras, todas realizadas a pacientes mayores de 14 años.
Galarraga también ha señalado que, además de realizar estudios diagnósticos, el servicio de radiología también está empezando a hacer estudios intervencionistas, como punciones de mama y artroresonancias, entre otros.
"Estos dos años han sido un periodo de adaptación y aprendizaje, pero el servicio ya se encuentra en pleno funcionamiento", ha destacado Galarraga, que ha asegurado que el equipo de técnicos del servicio de radiología está formado en estos estudios.
Asimismo, la Conselleria de Salud y Consumo ha precisado que las únicas limitaciones de esta herramienta son que el paciente sea portador de alguna prótesis o de un dispositivo electrónico incompatible, así como que padezca claustrofobia u obesidad mórbida.
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