El cocinero Ferran Adrià considera que después de la edición del libro Comer para pensar. Pensar para comer, presentado hoy y concebido por Richard Hamilton, uno de los padres del pop-art, y por Vicente Todolí, director de la
Tate Modern de Londres, "profesionalmente, ya me puedo morir".
Mis precios no están al alcance de la mayoría de los bolsillos por un problema de capacidad y de producción
Acompañado por Todolí, por representantes de la Obra Social de Caixa Catalunya como Narcís Serra y por otros de la editorial Actar como Ramon Prat, Adrià se ha convertido enel protagonista de la presentación de este volumen, que surge después del paso del cocinero, en el año 2007, por Documenta 12, la muestra de arte más importante del mundo.
Con una tirada inicial de 30.000 ejemplares y editado en
castellano, catalán, inglés y alemán, el libro trata de descifrar los procesos creativos del chef, su participación en Documenta, a la vez que cuestiona los límites de la creatividad, el lenguaje, el arte y sus diferentes medios de expresión.
Preguntado Ferran Adrià sobre
el elitismo de sus propuestas culinarias, con precios que no están al alcance de la mayoría de los bolsillos, ha defendido que este hecho ocurre por "un problema de capacidad y de producción" y ha puesto como ejemplo que los restaurantes nunca podrán tener la dimensión de un estadio de fútbol o de un teatro.
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