Es un sistema que se basa en diferentes fases, divididas por semanas, que tiene en cuenta en nivel de riesgo por COVID-19 que existe en el concejo en el que se ubica el centro en cuestión.
Si bien el proceso ya ha comenzado a funcionar, los responsables sanitarios asturianos no han precisado el número de centros que se encontraban ya en cada fase.
Las fases, a priori, serán de desescalada dinámica de actuaciones en función de los ejes planteados, con una duración mínima de 7 días. Poco antes de finalizar las mismas, se valorarán los resultados obtenidos y el riesgo contextual y se decidirá si se progresa a la siguiente fase con un análisis municipal.
La aplicación de las medidas tendrá el carácter general a todas las residencias del ámbito espacial analizado. A dichas actuaciones se les podrá aplicar medidas complementarias de actuación en función de los riesgos propios de cada residencia. Existen tres fases. Tras completar la última, según Margolles, se llegará "casi a una normalidad".
Así, al final, una vez superado el límite de tiempo de la Fase 3, y si los riesgos estuvieran en niveles de riesgo 1 y 2, se pasará a una situación de normalidad, en la que cumpliendo parámetros básicos sanitarios asociados al nuevo entorno COVID-19 los centros podrán ser gestionados con normalidad dado que el riesgo se considerará nulo o mínimo.
El documento que detalla los cambios que podrán aplicarse en la primera de las fases, con diferentes rangos de riesgo, puede consultarse en la página web de la Consejería de Salud Astursalud, a través del siguiente enlace:
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