Llenar la cesta de la compra se hace cada vez más complicado para muchos ciudadanos de Vigo y los supermercados son uno de los puntos que más nota la actual crisis económica. Según han confirmado diferentes establecimientos consultados por 20 Minutos que garantizan que en los últimos meses, los hurtos se han duplicado.

Ante la oleada de clientes que esconden productos entre sus ropas o en el bolso para pasar por caja sin pagarlos, cadenas de supermercados como Día o Ekoama han optado por colocar alarmas a sus artículos. «Sobre todo las ponemos en las cosas pequeñas, que son más fáciles de robar», explica una trabajadora de un supermercado del centro de Vigo. Así, se blindan productos como desodorantes, embutidos, quesos y hasta pastillas de caldo concentrado, además de las botellas de aceite.

El perfil del ladrón ha cambiado también. Actualmente algunos son clientes habituales y, la mayoría, personas mayores con especial predilección por los quesos y embutidos a la hora de robar. Los comerciantes lo justifican por las pensiones, pues en Galicia los jubilados cobran, de media, 625,78 euros mensuales «y así es difícil llegar a fin de mes», explican.

Con las alarmas, los empleados de los supermercados trabajan más tranquilos. Al pasar por caja, si el cliente ha sustraído algo, el detector lo indica. Después toca revisar las pertenencias en busca del producto robado. «La mayoría no pone resistencia, lo devuelve y ya está», explica una cajera. De esta forma, los establecimientos evitan llamar a la policía a no ser que el delincuente se ponga violento.

La astucia de los amigos de lo ajeno ha llevado este año a los agentes de la Policía Nacional a detener a un hombre que forraba los bolsillos de su abrigo con papel de aluminio para saltarse los controles. También ha habido arrestos por el robo de un yogur o de artículos de droguería.

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