Las tradicionales colas de vehículos para acceder a las playas malagueñas que se formaban cada verano han pasado a la historia. Ayer se abrió al tráfico una parte del tramo de la autovía A-45 entre Encinas Reales y Benamejí –el último de los que quedan en obras de esta vía de comunicación–. Esto posibilitará que la capital de la Costa del Sol se encuentre ya a sólo 80 minutos de viaje.

La parte de este tramo por el que ya se puede circular tiene una longitud de 5,5 kilómetros y discurre entre el enlace de El Tejar y la conexión con la carretera a Villanueva de Algaidas (Málaga), según informa la Subdelegación del Gobierno.

De lo que no existe ningún plazo concreto de finalización es para los 6,5 kilómetros restantes de este tramo de la autovía a Antequera, que cuenta con una extensión total de 100 kilómetros.

Dentro de la parte, cuya obra aún queda pendiente, se encuentra el puente de 600 metros que cruza el río Genil. El jefe de la intervención, Miguel Lovera, asegura que la construcción de este viaducto es «muy complicada», aunque el ritmo de la actuación «está muy avanzado».

Precisamente, la complejidad de este proyecto es el motivo que esgrimen los responsables del Gobierno central a la hora de justificar el enorme retraso que acumula esta autovía. No en vano, en 2003 y 2004 fueron numerosas las manifestaciones que hubo en el sur de la provincia que reclamaban el final de las obras para 2005.

Estas fechas se han ido demorando progresivamente con el paso del tiempo, superando todos los plazos de 2007 y 2008 que se iban dando por parte del Ministerio de Fomento y la Subdelegación del Gobierno.

Suelos complicados

En el caso del tramo entre Encinas Reales y Benamejí, el Gobierno central se ampara en la difícil orografía del terreno por el que discurre la carretera. Además, argumentan que se han descubierto hasta 14 yacimientos arqueológicos en la zona que, no obstante, no han supuesto una modificación del trazado previsto inicialmente.

Muchas vidas se han perdido en la antigua carretera a Málaga (N-331), por lo que la apertura de un nuevo tramo de la autovía A-45, por donde se calcula que circulan diariamente unos 50.000 vehículos, es una buena noticia desde el punto de la seguridad vial. Uno de los sucesos más graves tuvo lugar en 2003 cuando murieron en Montilla cinco obreros de la construcción.

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