El día de la investidura de Joe Biden fue muy significativo para el mundo de la moda no solo por los estilismos de Lady Gaga o Jennifer Lopez, sino también por la calculada decisión de vestuario de Kamala Harris con un conjunto monocromático en morado, el color del feminismo que la ahora vicepresidenta siempre ha representado.

Entre los asistentes hubo una joven que acaparó todas las miradas con un increíble abrigo de Miu Miu con detalles de pedrería, cuello de solapas y estampado de cuadros que derrochaba estilo: Ella Emhoff. La chica de 22 años es la hijastra de Harris y desde el primer día ha llamado la atención de todos los amantes de la moda.

Su elección estilística no nace de la casualidad o de un equipo que está detrás de ella y es que Emhoff es estudiante de moda en la destacada escuela de diseño Parsons de Nueva York.

A su corta edad ya planea crear su propia línea de ropa que vuelve locos a los centennials, reflejando el espíritu de su generación, donde predominan las prendas multicolores de crochet con tonos muy llamativos.

Su estilo extravagante ha enamorado a toda una generación donde no paran de hablar de ella en redes sociales. A diferencia de aquellas jóvenes que la precedieron en las pasadas investiduras, Emhoff es una rara avis que supone un soplo de aire fresco ante la hegemonía rubia de las Trump o al insulso estilo de Chelsea Clinton en los 90.

La influencia que ha tenido Kamala Harris en su vida ha ayudado a que la joven se preocupe por causas justas, usando su Instagram con más de 300.000 seguidores como altavoz y organizando concursos benéficos en los que sortea pantalones creados por ella misma para ayudar a una organización que recauda fondos para socorrer a las personas negras transgénero que lo necesiten.

La joven ha dado mucho que hablar después de conocerse su cuenta de Instagram y su estilo tan llamativo y extravagante promete muchos disgustos por parte de la sociedad más conservadora que prefiere estilismos más formales y sobrios, convirtiéndose en todo un referente de estilo, rebeldía y autoexpresión a través de la ropa de la generación Z.