Se trata de un reconocimiento oficial a los participantes en la lucha contra el COVID-19, cuya operación ha supuesto el mayor despliegue de las fuerzas armadas españolas en tiempos de paz, según han informado desde el Colegio Oficial de Enfermería de Málaga en un comunicado. Asimismo, han destacado que la 'Operación Balmis' ha supuesto la coordinación de más de 20.000 intervenciones con un despliegue total de casi 190.000 efectivos en 2.300 poblaciones españolas.

Jorge Díaz ha asegurado que es un reconocimiento y esfuerzo de todo el colectivo militar, "de todos aquellos que han estado en las calles, luchando día a día y acompañando a nuestros ciudadanos más necesitados y vulnerables".

Para el colegiado, la medalla es "un accidente de tiempo y lugar". "Lo que hemos vivido en las Unidades de Operaciones Especiales no es más que una analogía a las circunstancias que han sufrido los sanitarios desde el inicio de la pandemia".

Entre las mayores dificultades que se encontró, Jorge ha detallado que "lo más complicado fue mantener la versatilidad y capacidad de adaptación a la multitud de labores que se requerían. Tuvimos que tomar decisiones y atender las necesidades de la población con un nivel de información sanitaria que cambiaba cada día".

"Cada día se actualizaba la información y se cambiaban los procedimientos. El apoyo a las instituciones que lo solicitaban y obedeciendo al mando responsable de la operación se facilitaba apoyo sanitario y logístico", ha recordado.

Además, ha continuado, "se participó en el diseño de material adecuado de protección para atender la falta de material. Apoyo de personal del Escuadrón en dispositivos policiales. Debimos tener disponibilidad completa para reforzar las capacidades que las administraciones demandaban". El Ezapac participó también en la elaboración de mascarillas y su distribución, todo ello bajo el objetivo de proteger a los sanitarios.