La Comunitat registró más de 4.000 casos de violencia en la infancia entre 2017 y 2019

Los profesionales de Pediatría, Enfermería y Trabajo Social de centros de salud y hospitales valencianos han detectado más de 4.000 casos de violencia en la infancia entre 2017 y 2019. Las notificaciones anuales han aumentado progresivamente hasta las 1.528 de 2019.
Niño de espaldas, autista
Niño de espaldas, autista
RABIEM22/FLICKR - Archivo
Niño de espaldas, autista

Cuatro de cada diez casos corresponden a menores de 5 años, de los que más de la mitad no había cumplido el año de vida, según los últimos datos analizados por la dirección general de Salud Pública.

En esta franja de edad, la tasa de notificación quintuplica la media global porque los menores de 1 año son más vulnerables y no tienen capacidad de enfrentamiento hacia sus agresores. Esta tendencia detectada en la Comunitat va en la línea de los datos internacionales.

En los casos de violencia contra menores de 1 año es habitual encontrar a padres y madres jóvenes, inmaduros e inmersos en una situación económica precaria que desatienden o no atienden convenientemente a sus bebés (62,8%). La falta de cuidados en heridas o hematomas representa el 15,4% de casos; el maltrato físico, el 12%, y el 4,7% restante son casos de tipo sexual.

Los expertos advierten de un predominio global de las niñas (56%) respecto a los niños víctimas. Por edades, la preponderancia de las menores se da a partir de los 10 años y la diferencia es más acusada en el grupo de 15-17 años. El predominio femenino se repite en los intentos de suicidio, en más del 70% de los casos en niñas de 10 a 14.

"El papel de los profesionales de Pediatría, Enfermería y Trabajo Social en la prevención de la violencia y en la protección de los menores es encomiable porque la violencia contra la infancia supone un grave problema que afecta a su salud física y psicológica a corto y a largo plazo, que puede incluso comprometer su propia vida", recuerda en el comunicado la consellera de Sanidad, Ana Barceló.

ANSIEDAD, TRASTORNOS ALIMENTARIOS O DROGAS

Como balance, los especialistas constatan que la violencia contra la infancia aumenta el riesgo de ansiedad o depresión, agresividad, intentos de suicidio, estrés postraumático, trastornos de la conducta alimentaria, conducta sexual de riesgo o problemas de consumo de alcohol o drogas. También incrementa el riesgo de obesidad y afecta al riesgo escolar y a los logros académicos.

La exposición a la violencia de género en el ámbito doméstico también se demuestra causante de efectos negativos en la infancia, sin importar la edad de los niños que la padecen. Se asocia con retraso en el crecimiento, alteraciones en el sueño y la alimentación, disminución de habilidades motoras, graves alteraciones emocionales (ansiedad, ira, depresión, baja autoestima, trastorno de estrés postraumático) y ciertos problemas cognitivos (retraso en el lenguaje, afectación en el rendimiento escolar) o numerosos problemas de conducta (escasas habilidades sociales, agresividad, déficit de atención-hiperactividad, inmadurez, agresividad, delincuencia, tóxico dependencias).

Ante estos efectos, la estrategia sanitaria para prevenir y aflorar la violencia en la infancia se basa en medidas de apoyo a la crianza y en estrategias específicas en familias vulnerables de forma coordinada con otros ámbitos como el social y el educativo.

Desde 20016, la notificación de casos se articula a través de la 'Hoja de notificación para la atención sociosanitaria infantil y la protección de menores', documento oficial para informar de situaciones de sospecha o evidencia de riesgo sociosanitario o de maltrato en menores de 18 años desde el ámbito sanitario.

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