La mano dura ha disuadido a los compradores de perros de razas consideradas peligrosas y, después de algunas multas ejemplares, los que tenían mascotas consideradas potencialmente violentas las han censado y cumplen ahora con la normativa, que se tuvo que endurecer.

Así, tanto la Guàrdia Urbana como la Agència de Salut Pública de Barcelona, las diferentes protectoras de animales y las tiendas de mascotas coinciden en señalar que «los dueños son ahora más conscientes del tipo de animal que compran» y de cuáles son los deberes que deben cumplir si no quieren acabar siendo sancionados.

Multas ejemplares como la impuesta en el año 2006, que alcanzó los 5.770 euros, han acabado con la moda de tener perros rottweiller o pitbull, entre otras razas consideradas «potencialmente peligrosas», según la vigente normativa municipal.