"Entendemos que el edificio recibió ese nombre en su época en un contexto predemocratico, con la intención de hacer honores por la contribución del Marqués de la Ensenada a la glorificación del Reino de España, como fueron la potenciación de la industria naval para seguir con la colonización de las américas. Lo que la sociedad desconoce es que esos barcos se hicieron con las manos de esclavos gitanos ordenados por las pragmáticas antigitanas del Marques", explicó Heredia.

En el registro se recoge más información de ese acontecimiento histórico: "En 1745, el marqués de Ensenada dictó una nueva disposición legal que condenaba a muerte a aquellos gitanos que continuaran siendo nómadas, aunque esta medida fue después suavizada por las críticas de las autoridades locales", y "en 1748 se adoptó mediante decreto pontificio, como última medida jurídica adoptada contra los gitanos en vísperas de la Gran Redada, la prohibición de dar asilo en las iglesias a los gitanos perseguidos por los cuerpos policiales. Esta medida muestra claramente la premeditación y antelación con que se llevó a cabo la Gran Redada del año siguiente, ya que así se impedía que los gitanos perseguidos por la orden de detención general de 1749 pudieran encontrar refugio en los edificios religiosos".

Dicha orden significó la persecución "contra un pueblo por su diferencia étnica y cultural" y "separaban a hombres de mujeres en presidios y campos de trabajo para evitar que se reprodujeran". Además, significó que entre "9.000 y 12.000" fueran apresados y enviados a campos de trabajo forzosos.

Además, Heredia propone que el nombre sea sustituido por el del granadino José Heredia Maya, primer catedrático gitano de España. "Seria merecedor de ostentar el nombre de dicho edificio no sólo por su labor sino por su compromiso en la defensa de los Derechos del Pueblo Gitano".