Francisco Fernández Peñalver y Sara Montiel fueron amigos muchos, muchos años. Casi dos décadas en las que el administrador tenía tanto poder sobre las cuentas de la artista que estaba nombrado como tutor en caso de que esta quedase incapacitada. Y de repente todo cambió.
La confianza ciega tiene un límite y en el caso de la actriz se perdió cuando vio cómo Francisco estaba moviendo dinero a cuentas de las que solo él era titular. Él defendió su inocencia y acabó espetando que llevaba sin cobrar un sueldo dos años para justificar dos años.
"Cuando había dinero en la cuenta cobraba con el permiso de Antonia [el nombre real de la cantante era María Antonia Abad Fernández]", afirmó sin respaldo alguno de su ya examiga, que acabó denunciándolo hace ya una década o de su familia.
Pero Sara Montiel falleció en 2013 y desde entonces la batalla judicial se recrudeció. Buscando honrar de alguna forma la memoria de su madre entraron en el proceso Zeus y Thais, los hijos de la folclórica. Y aunque en los últimos dos años se desconocía cómo ha avanzado el caso, la revista Semana ha conseguido desvelar qué ha ocurrido con sus protagonistas.
La noticia final de 2017 (en diciembre) fue que Francisco Fernández era condenado a dos años de prisión, una multa de 2.400 euros y una indemnización a modo de compensación para los herederos de la artista de 344.000 euros (a lo que habría que sumar los intereses y las costas del juicio), misma cantidad que había estafado.
Un dinero perdido
Lo primero que hay que saber es que Zeus y Thais nunca podrán recuperar el dinero. Francisco se declaró insolvente para no tener que hacer frente a las deudas que acumulaba y aunque se llevó a cabo un embargo preventivo del chalet que el administrador poseía a las afueras de Madrid, esto no ayudó a los hijos de la actriz.
El problema es que había a la cola más empresas y personas a las que debía dinero, entre las que estaba el banco, por lo que finalmente ni Zeus ni Thais "han podido ver un euro". Con la revista habla Rocío Fernández, la abogada de los hijos de Saritísima.
"Hemos intentado recuperar el dinero a través de una casa que él tenía en Pozuelo, pero está llena de cargas. Él se declaró parcialmente insolvente y lo que tenemos es el embargo de una vivienda, pero con una hipoteca previa importante que ejecutará el banco. Nosotros hemos buscado bienes, algún ingreso o alguna pensión, pero no hemos encontrado nada", comenta la letrada.
Por más caminos que han mirado, lo cierto es duda que el caso "vaya a mejor", aunque no lo van a dar por cerrado pues aún queda una posibilidad: "Esto prescribiría a partir de ahora en unos cuatro años si dejamos que pase al declararse él insolvente. Nosotros lo único que podemos hacer es mantener viva esa ejecución".
La prisión, un consuelo
A los hijos de la protagonista de El último cuplé o La violetera les queda el consuelo de la prisión en la que entró Francisco, quien fue condenado a 18 meses, entrando el 12 de diciembre del pasado año y saliendo cinco meses después (en mayo).
Hasta con dos informes forenses intentó eludir la cárcel: "Él intentó no entrar en prisión y alegó varios motivos como la enfermedad, después de verle dos forenses llegaron a la conclusión de que su patología no le impedía cumplir con su condena y entrar en prisión. Él podía seguir con sus tratamientos médicos dentro de la cárcel".
Además, una de las novedades que se conocen ahora fue la extraña estrategia que planteó Francisco Fernández para no estar entre rejas: pagar mensualmente 50€, una cifra tan irrisoria que fue rechazada. "La sala le dijo que no. Para beneficiarse y no entrar en prisión tenía que haber satisfecho las responsabilidades civiles, pero no pagó. Él pretendía que con ese ingreso fuera suficiente, pero no", explica Rocío Fernández.
"Es libre a nivel penal el 5 de septiembre de 2021", matiza la abogada sobre la fecha exacta en la que termina su condena, un pequeño consuelo para los hijos de la folclórica: "Para ellos ha sido el mínimo resarcimiento que han tenido. Económicamente sabían que iba a ser difícil recuperar el dinero por el tipo de persona que es, pero por lo menos que cumpliera la pena privativa de libertad era un consuelo para ellos".
"Al final su madre luchó mucho por esto que para ella fue muy doloroso, un procedimiento que los últimos años de su vida le hizo muchísimo daño tanto a nivel personal como económico. Entonces, para ellos era ese resarcimiento moral", finaliza.
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