Las rebajas llegan ya incluso a las viviendas, con descuentos de hasta el 30% y precios que están cayendo de forma generalizada en busca de posibles compradores. Los propietarios de los pisos de segunda mano han tenido que recurrir también a las ofertas de temporada a modo de reclamo para tratar de dar salida a sus inmuebles ante la caída de la demanda en el sector.

Esto se traduce en la práctica en una caída en el precio del metro cuadrado, que ha pasado en poco más de medio año de unos 3.000 a 3.200 euros de media a 2.400 o 2.700 para la capital aragonesa, según explican los agentes de la propiedad inmobiliaria y confirman las diferentes empresas del sector consultadas.

Las rebajas, que en algunos casos de particulares llegan al 40%, saltan del textil al ladrillo sobre todo en Internet. Decenas de portales inmobiliarios utilizan este reclamo para atestiguar la reducción en los precios e intentar estimular así a una demanda que hoy en día está adormecida (debido principalmente a la imposibilidad de conseguir créditos hipotecarios).

Pisos de entre 55 y 65 metros cuadrados que antes se vendían por 190.000 o 200.000 euros (según la zona) ahora se pueden encontrar por precios que oscilan entre los 160.000 y los 180.000 euros e incluso menos. «Los propietarios han tenido que reducir sus expectativas para poder vender, porque con los precios que había hasta ahora era casi imposible», explica José Manuel Vallés, presidente de los agentes de la propiedad inmobiliaria de Aragón.

Las viviendas más asequibles se localizan en el Casco Histórico, donde hay apartamentos de entre 25 y 35 metros cuadrados con precios que rondan los 110.000 a 120.000 euros, y los barrios de las afueras. En la mayoría de los casos se trata de bloques antiguos o de viviendas para reformar.

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