Las armas no son patrimonio exclusivo de los policías en A Coruña. Para 234 ciudadanos, la pistola es una fiel compañera al encontrarse amenazados, «en riesgo», según la catalogación utlizada por la Guardia Civil para la concesión de permisos.

Es en el cuartel de Lonzas donde se tramitan las licencias, que se dan en base a criterios de autoprotección. «La mayoría son joyeros o militares retirados, también hay políticos o funcionarios de prisiones», cuentan en la Unidad de Intervención de Armas del instituto armado.

Muchas son para caza

Esta concesión es una de las que se examinan con mayor detalle. Y a pesar de que la cifra hace cinco años rondaba los 200 amenazados, en Lonzas dicen que no ha aumentado en exceso el porcentaje, «ni siquiera por los asaltos a chalés». Algo que también se aprecia en el resto de las 15.000 licencias en manos de civiles que existen en la ciudad, tras recibir la autorización oficial.

Casi la mitad de ellas (más de 7.000) pertenecen a cazadores, y algunas las manejan los 12 menores de edad (de 14 a 18 años) que cuentan con permiso, aunque sólo bajo la vigilancia y supervisión de un adulto.

Un tope de pistolas

Estas cifras «no son exageradas» para una ciudad como A Coruña, según la Guardia Civil, aunque cada licencia da derecho a un máximo de armas, que llega a 12 en el caso de los tiradores deportivos. Para ello, los interesados han de pasar diferentes pruebas (teóricas y prácticas) y dejarse una media de unos 100 euros en obtener los permisos pertinentes.

Los ejercicios a los que se someten no tienen nada de trámite administrativo. Hay exámenes (los de vigilante de seguridad, sobre todo) en los que el volumen de aprobados no supera el 30%, según explican fuentes de la Guardia Civil.

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