Barcelona, en plena lucha contra la contaminación en las escuelas, cerrará Can Clos, situada en un entorno natural

  • El Consorci d'Educació ha propuesto fusionar la escuela con el centro Enric Granados, situado a 800 metros.
  • Las familias lamentan que sus hijos pasarán de estudiar en un entorno natural a uno que "está todo cementado" y que tiene mayores niveles de contaminación.
Pancarta contra el cierre de la escuela Can Clos de Barcelona.
Pancarta contra el cierre de la escuela Can Clos de Barcelona.
Miquel Taverna
Pancarta contra el cierre de la escuela Can Clos de Barcelona.

Las familias de la escuela Can Clos del barrio de la Marina de Barcelona denuncian la intención del Consorci d’Educació de cerrar el centro y trasladar a sus alumnos a la escuela Enric Granados. Lamentan que esta fusión cambia radicalmente el proyecto educativo que ellos escogieron ya que, señalan, la escuela Can Clos se encuentra en un ambiente “privilegiado”, rodeado de naturaleza. En cambio, en Enric Granados “está todo cementado” y los niveles de contaminación son más elevados.

Esta decisión llega en pleno plan del Ayuntamiento de Barcelona para limitar el tráfico en los entornos de las escuelas y, así, reducir los niveles de contaminación en los centros. Por este motivo, las familias no comprenden que se decida cerrar una de las pocas escuelas de Barcelona que disponen de un entorno natural.

“Tenemos un enclave privilegiado, en las faldas de la montaña de Montjuïc. Gozamos de una escuela rodeada de árboles, gran patio de arena, nivel muy bajo de contaminación acústica y buena calidad del aire. Incluso tenemos un huerto propio de 300m2, donde los niños y niñas interactúan con la naturaleza día a día. Nuestros hijos son muy felices aquí”, cuenta Mercedes Martínez, miembro del AMPA de Can Clos.

Alumnas de la escuela Can Clos en el patio del centro.
Alumnas de la escuela Can Clos en el patio del centro.
AMPA Can Clos

Desde el Consorci d’Educació, señalan que la propuesta de fusionar ambas escuelas tiene la intención de crear “un nuevo proyecto educativo más atractivo” ya que, afirman, la escolarización de ambos centros es baja y eso provoca que las familias no matriculen a sus hijos en ellos. 

“Se propuso hacer esta unión para crear un sistema de transformación pedagógica con proyectos nuevos que pueda atraer a la gente”, añaden. Sin embargo, ante esta argumentación, las familias de Can Clos defienden que, si hay que plantearse una fusión, su entorno es mucho más adecuado para niños de infantil y de primaria.

Sobre por qué se ha decidido trasladar a los alumnos de Can Clos a Enric Granados y no al revés, el Consorci señala que se debe a que la segunda, situada a 800 metros de la primera, está en un lugar más céntrico, es más grande, y porque la escuela Can Clos presenta graves deficiencias estructurales. Además, se han realizado unas obras de ampliación y mejora del equipamiento de la actual escuela Enric Granados para poder acoger a todos los alumnos.

Para las familias de Can Clos, las deficiencias estructurales del centro muestran el “abandono” que ha sufrido por parte de las instituciones. “El colegio necesitaba su intervención, pero no de la manera en la que se va a llevar a cabo. No se ha fomentado la matriculación, no se ha invertido económicamente. Los mismos profesores han pintado las aulas. En definitiva, nos han dejado morir”, lamenta Mercedes.

En cuanto a la matriculación, además de ser baja, desde el Consorci también señalan que la actual composición de las escuelas genera “segregación” ya que Can Clos tiene un 55% de alumnado de origen español y Enric Granados, un 49%, cuando la media de alumnado español de la zona es del 75%. “El nivel socioeconómico del alumnado de estos dos centros dista de representar el de los residentes de la zona”, afirman.

Noemí Castaño, secretaria de Can Clos, señala que la estigmatización del barrio es conocida por todas las instituciones y que el cierre de la escuela contribuirá a su ‘guetización’. “La escuela es el único referente educativo del barrio de Can Clos, y me gustaría enfatizar en la función social que realiza y que garantiza que todo el mundo sea atendido, orientado y valorado, incluso exalumnos y sus familias”, añade.

Ante la reacción de las familias, el Consorci señala que la pandemia ha dificultado el poder llevar a cabo un proceso participativo para llegar a un consenso. Por este motivo, se ha pospuesto la fusión de las escuelas, que estaba prevista para el curso 2021-2022.

Pancarta contra el cierre de la escuela Can Clos de Barcelona.
Pancarta contra el cierre de la escuela Can Clos de Barcelona.
Miquel Taverna
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