Ante las los últimos cierres decretados por el Ejecutivo liderado por Adrián Barbón, que incluyen la prohibición de espectáculos culturales, los artistas consultados se muestran sorprendidos, enfadados y preocupados por las consecuencias.

El músico Pablo Und Destruktion ha explicado que el sector cultural ya era muy precario antes de la actual crisis sanitaria. Un sector, ha añadido, con mucha economía "de subsistencia", en casos sumergida porque no era viable de otra manera.

"Por esa razón hay muchísimas personas que no pueden optar a ningún tipo de ayuda y que ahora viven en la miseria económica, prácticamente en el desamparo", ha advertido el artista asturiano.

En cuanto a las salas de conciertos, Pablo Und Destruktion, cree que muchas no volverán a abrir, como muchos bares. "Además de una pérdida económica supondrá una transformación profunda de nuestra forma de vida, ya que esos eran los lugares fundamentales de encuentro donde socializar, hablar con franqueza y ver en persona a nuestra gente", ha señalado.

Entiende que el del COVID-19 es un problema de salud pública, pero Pablo Und Destruktion va más allá de las consecuencias para su sector y considera que el anuncio de un estado de alarma por seis meses y medio, el toque de queda, los cierres "forzosos" de la actividad económica, la "hipervigilancia" y la "amenaza de confinamiento" suponen "un suicidio social y un autoritarismo político que ahondará en la polarización y la crispación que ya sufre el país".

"INJUSTOS"

Por su parte, la cantante y compositora Marisa Valle Roso ha lamentado que en su sector sigan siendo los "grandes olvidados" a pesar de que ha quedado demostrado todo este tiempo que la cultura es "cien por cien segura y sin contagios".

Además de señalar que las ayudas no son suficientes para los músicos, Marisa Valle Roso afirma que no entiende por qué las autoridades están siendo "tan injustos" con su sector, teniendo en cuenta que, por ejemplo, en el sector de transportes las medidas sanitarias "son mucho menos estrictas".