Mediante una carta pastoral, González recordó que los inmigrantes forman parte de la población más "desfavorecida cuando escasea el trabajo" y los subsidios son escasos. Asimismo, el obispo apuntó a que la mano de obra extranjera ha dado un "notable impulso" al dinamismo económico del país y ha contribuido a sostener el fondo de la seguridad social.

De este modo, González señaló que los inmigrantes "no son una amenaza", pese a los brotes de violencia esporádicos, la delincuencia o las mafias que trafican con seres humanos, por lo que no pueden usarse como pretexto para "abandonar la solidaridad verdadera".

El obispo también hizo referencia a que este sector de la población ha beneficiado también a la vida eclesial con la presencia de católicos hispanos y orientales, que han acercado hasta la provincia las "iglesias orientales hermanas", en relación al cristianismo ortodoxo.

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