Montserrat Celdrán, psicogerontóloga: "Los mayores han de hacer actividades significativas, que impliquen crecer"

Montserrat Celdrán, psicogerontóloga y profesora en la Facultad de Psicología de la Universitat de Barcelona (UB).
Montserrat Celdrán, psicogerontóloga y profesora en la Facultad de Psicología de la Universitat de Barcelona (UB).
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Montserrat Celdrán, psicogerontóloga y profesora en la Facultad de Psicología de la Universitat de Barcelona (UB).

Montserrat Celdrán es psicóloga especialista en personas mayores y profesora universitaria en la Facultad de Psicología de la Universitat de Barcelona (UB).

¿Cómo ha evolucionado la calidad y el estilo de vida de la gente mayor en los últimos 20 años?

Si pensamos en cómo ha sido la infancia y la adolescencia de la población que ahora es mayor, comparada con hace 20 años, no hay color. El acceso a una educación y a puestos de trabajo más diversos ha hecho que, en la población mayor actual, su envejecimiento tenga mucho que ver con una mejor reserva cognitiva. Esto quiere decir que su cerebro está mucho más entrenado y con mayores aprendizajes que le permiten afrontar mejor las pérdidas cognitivas asociadas a la edad y mantener un envejecimiento sin dependencia por más años. 

Ahora una persona con 65 años o a punto de jubilarse tiene mucho más claro que aún le quedan por delante 20 años de vida y eso implica un cambio de chip y que haya cambiado mucho cómo nos la planificamos esos años.

"Ahora una persona con 65 años o a punto de jubilarse tiene mucho más claro que aún le quedan por delante 20 años de vida y eso implica un cambio de chip"

¿Qué metas les ha permitido alcanzar esta prolongación de la vejez a las personas mayores?

La palabra clave es actividad. Les ha quedado muy claro el mensaje de que hemos de ser activos. El envejecimiento es ahora muy diverso (no es lo mismo una persona de 70 que de 90 años) y mucha gente cuando se jubila entiende que ha de llenar la agenda y ha de hacer muchas actividades. Vemos que han conseguido muchas metas en el gran abanico de ámbitos sociales desde su implicación en actividades de ocio en los casales o centros cívicos, en actividades de aprendizaje en las universidades y la participación como voluntarios en entidades del tercer sector.

Y es precisamente relevante destacar la gran implicación de las personas mayores en la comunidad (a través del voluntariado) y en sus relaciones familiares. No podríamos entender la vida actual sin el gran peso que tienen los abuelos dentro de la familia. Creo que han ocupado un espacio social y familiar pleno en el que siguen creciendo a nivel personal y social.

Casales y centros cívicos inciden en la socialización y rompen el aislamiento. ¿Es esta otra conquista del envejecimiento activo?

La gente más joven tiene una visión más estereotipada de lo que es un casal (bailes y juegos de cartas). Pero la cartera de actividades incluye aprendizajes en idiomas o de tecnologías, por lo que el casal no solo es un centro de ocio sino un espacio de aprendizaje y de crecimiento personal. Además, la socialización que se produce en estos centros permite aumentar su red de amistades y de contactos con el barrio. Es muy beneficioso para su salud física y mental.

Precisamente, este aumento de la red social permite prevenir uno de los males de estas últimas décadas como es la soledad no deseada. No es un problema individual sino también social. Por ejemplo, la gentrificación, No nos hemos parado a pensar cómo se sienten las personas mayores que de golpe se quedan solas en comunidades donde conocen a todos los vecinos. Pierden la vinculación con el barrio y con la comunidad. Afecta a su salud y a tener mayor riesgo de maltrato económico.

"No podríamos entender la vida actual 
sin el gran peso que tienen los abuelos dentro de la familia. Creo que han ocupado un espacio social y familiar pleno en el que siguen creciendo a nivel personal y social"

Los mayores son el puntal de muchas familias y eso les supone en ocasiones exceso de obligaciones.

Aquí entra en juego la crisis económica de 2008, uno de los cambios más importantes de los últimos 20 años. Provocó que los mayores fueran el pilar económico de muchas familias. No solo han contribuido con su labor con los nietos y para facilitar la conciliación sino que también han sido un sostén económico muy importante para sus hijos, muchos de los cuales perdieron su trabajo. Creo que no se ha reconocido lo suficiente la labor que esta generación está haciendo por las generaciones más jóvenes.

Además, partimos de una generación que, cuando era joven, tuvo que luchar mucho. La teoría de la actividad dice que hay una cierta continuidad cuando te haces mayor con cómo te has implicado en tu barrio o en la tu comunidad. Ha sido una generación que ha luchado por los derechos civiles y tienen esta motivación de seguir reivindicando, como por ejemplo, los movimientos por una pensión digna.

¿Cómo se puede definir el envejecimiento activo?

Hay un mal uso de este concepto. Les hemos venido que debían ser activos y, en ocasiones, los hemos sobrecargado de actividades. Uno de los retos del futuro es que no han de estar haciendo actividades porque sí, sino que han de hacer cosas significativas y que impliquen un cierto proyecto de vida.

A nivel teórico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define con tres conceptos: la participación (promover la participación significativa de las personas mayores); el acceso a una buena salud física, mental y social y la seguridad financiera (que evite riesgos de maltrato económico).

¿Qué acarrea contar con una mayor diversidad de personas mayores?

La esperanza de vida ha aumentado para todos y eso hace que personas con enfermedades crónicas en la edad adulta, y personas con discapacidad intelectual o física, realicen también su propio proceso de envejecimiento. Ello supone un reto en cómo los acompañamos y creamos nuevos servicios en los que puedan ser asesorados desde las especialidades como la geriatría o la gerontología. Dotar de calidad de vida los años por vivir para que los vivan bien.

¿Los psicogerontólogos están en auge como profesionales?

No solo podemos trabajar en residencias o centros de día, sino que la Psicogerontología ayuda a acompañar psicológicamente en los procesos más naturales y habituales del envejecimiento como la adaptación a la jubilación, o programas de promoción de la salud o de las relaciones sociales. Sin embargo, sigue costando motivar a los propios estudiantes de universidad para que contemplen el trabajo con personas mayores como motivador, agradecido e interesante. 

¿Por qué persiste la visión negativa del envejecimiento en nuestra sociedad?

El edadismo tiene tres vertientes. Una es la de los estereotipos: cuando ves a una persona mayor, automáticamente surgen unas ideas preconcebidas que habitualmente acostumbran a ser negativas, como que hacerse mayor implica la pérdida de capacidades. La segunda son los sentimientos. Tenemos miedo a envejecer y es normal que surjan sentimientos de angustia más que positivos.Y finalmente la discriminación: que te traten diferente o que no puedas acceder a un servicio solo porque tengas una edad determinada. Para mí este es el más grave, que la persona mayor, solo por serlo, no tenga los mismos derechos que una persona adulta.

Al no vernos mayores aunque lo seamos, el autoedadismo, no nos preparamos como sociedad y personalmente para cuando necesitemos que nos cuide alguien o algún servicio. Hay una negación de esta otra mirada del envejecimiento, de poder llegar a ser dependiente algunos años. Y se ha de pensar porque si no lo decides tú le pasas la pelota a la familia o a la sociedad. Y a lo mejor no harán lo que harías tú. Es un problema de no querer ver todas las vertientes del envejecimiento cuando la dependencia también se puede vivir con cualidad de vida.

"Muchas campañas para vencer los estereotipos se han ido al otro extremo y nos han vendido una imagen a veces muy edulcorada de lo que es hacerse mayor"

¿Y cómo se combaten estos prejuicios?

Es complicado, porque muchas campañas para vencer los estereotipos se han ido al otro extremo y nos han vendido una imagen a veces muy edulcorada de lo que es hacerse mayor.

Podemos romperlo si ayudamos al contacto intergeneracional. También otras discriminaciones como por origen cultural, étnico o la LGTBI las rompes conociendo al otro. Hay programas que ponen en contacto a jóvenes con gente mayor, que son los que mejor funcionan, porque ves al otro como a un igual con las mismas inquietudes que puedes tener tú como joven.

Además, deberíamos incorporar la perspectiva de edad en toda empresa o programa que se realice. Por ejemplo, en una campaña sobre la violencia de género, con la imagen de una persona mayor como posible víctima o en una campaña de voluntariado. Que expliquen que la edad es como cualquier otra variable.

Otro estereotipo es que las personas mayores no usan las tecnologías, ¿se ha recortado en estos 20 años la brecha digital entre mayores y jóvenes?

Ciertamente es otro estereotipo. En estas dos décadas hemos visto un aumento muy importante en el acceso a Internet y el uso de dispositivos digitales en la población más mayor. Pese a que la brecha digital sigue existiendo, las personas  mayores se han apuntado a WhatsApp y a las redes sociales, que usan de manera muy intensa.

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